Guillem Vidal Andreu
Ex presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña
Guillem Vidal Andreu (Palma de Mallorca, 1941), presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña entre 1994 y 2001, falleció ayer en la capital balear a los 65 años de edad como consecuencia de un cáncer. Estaba casado y tenía cuatro hijos.
"Me voy porque me quitan". Esas fueron las palabras que Vidal empleó en 2004 cuando la mayoría conservadora del Consejo General del Poder Judicial se negó a renovarle por un tercer mandato de cinco años argumentando que no era posible. Un criterio que después no se empleó para renovar a otros jueces que todavía ocupan cargos de representación. Vidal era de los que pensaban que los cargos servían para cambiar las cosas, no simplemente para ostentarlos. Ejerció su carrera profesional como juez durante 40 años.
Vidal aprobó las oposiciones en 1966 con el número uno de su promoción y en 1967 fue destinado a Mahón (Menorca). En 1970 se trasladó a Sabadell (Vallès Occidental), donde permaneció hasta 1977, cuando cruzó de nuevo el Mediterráneo para ejercer ya de magistrado en la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca. Fue nombrado presidente de este órgano en 1987 y lo ocupó hasta 1994, cuando regresó a Cataluña para presidir el Tribunal Superior de Justicia de esta comunidad.
Fue un juez de firmes convicciones progresistas y dialogante que no tuvo reparos en mostrar sus discrepancias con algunas decisiones en materia de justicia que adoptó el tripartito de Pasqual Maragall. Puede resultar sorprendente, pero siempre tuvo una relación de respeto mutuo con la consellera del ramo de Convergència i Unió (CiU), Núria de Gispert, quien decía de él que era "su pareja de hecho profesional".
Participante en la Compilación de Derecho Especial de Baleares, integrante de la Comisión de Juristas de las Reglas Mínimas del Proceso Penal para la ONU y miembro electo de la Academia de Jurisprudencia y Legislación de Cataluña, la pasión de Vidal era el Derecho Penal. El último juicio que presidió fue el que condenó a penas de siete años de cárcel al abogado Juan Piqué Vidal -ex defensor de Jordi Pujol en el caso Banca Catalana-, en el proceso por extorsiones a empresarios en el que también fue condenado a nueve años el ex juez Luis Pascual Estivill.
"Debajo de una toga hay un corazón, un estómago y un sexo", le gustaba recordar a Vidal para desacralizar y humanizar la profesión que ejerció durante cuatro décadas. La misma que su padre y que su primo y gran amigo Gerard Thomas Andreu, ex presidente de la Audiencia de Barcelona. "Si la justicia es distante, lenta y poco clara no es justicia", decía siempre en sus numerosas intervenciones. Nunca se olvidaba de reclamar la descentralización del poder judicial para que el Estado de las autonomías fuese efectivo. Acudió al Parlament de Catalunya durante años a dar cuenta de su gestión sin tener obligación legal y se sometió a las preguntas de todos los grupos políticos, algo que todavía no ha hecho su sucesora, la conservadora María Eugenia Alegret, en los casi tres años que hace que le sustituyó.
La víspera del congreso de Jueces para la Democracia celebrado en Vitoria el pasado mes de junio, los médicos le comunicaron que estaba enfermo. "Tomaos una cerveza a mi salud", dijo entonces Vidal en el tono extrovertido y siempre coqueto que le caracterizó. Ya en esas fechas a algunos de sus compañeros progresistas de carrera les faltó tiempo para buscar un nuevo director de la Escuela Judicial, el cargo que debía haber ocupado Vidal si no hubiera sido por la enfermedad que acabó con su vida. El funeral se celebrará el próximo lunes a las ocho de la tarde en la parroquia de Sant Jaume, de Palma de Mallorca.
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