El Museo Lladró reordena su colección de arte para subrayar el prestigio de la marca

La colección privada de arte acumulada por los hermanos Juan, José y Vicente Lladró, fundadores de la empresa de figuras de porcelana que se consolidó en unos años como una de las firmas de mayor proyección internacional, se ha reordenado en un nuevo espacio expositivo que alberga la sede central de la empresa en Tavernes Blanques para subrayar el prestigio de la marca. Obras de los valencianos Vicent Macip, su hijo Juan de Juanes, Ribera, Sorolla, Pinazo conviven con piezas de Zurbarán o El Greco en un museo que recibe unos 15.000 visitantes al año.

El éxito económico de la empresa familiar fundada por los tres hermanos Lladró y el interés que compartían por el arte han generado una de las colecciones privadas de arte más impresionantes de España. Rosa Lladró presentó ayer el nuevo museo bajo un retablo de finales del siglo XIV firmado por el Maestro de Cubells.

La hija de Juan Lladró explicó que sus predecesores acumularon la colección con la voluntad inicial de "repatriar" obras pictóricas de grandes artistas valencianos desperdigadas por todo el mundo sin mayor intención sistemática. Pero el conjunto de 70 obras expuestas ofrece un atractivo recorrido histórico de maestros valencianos desde finales del siglo XIV hasta finales del XIX.

Un sorolla de cinco metros por más de tres corona la puerta de entrada al edificio que alberga el museo porque no cabe en la planta habilitada para la exposición.

Carmen Tarín, directora del museo, destacó la labor del equipo de restauradores bajo su responsabilidad y el papel de los grades coleccionistas privados en la conservación del patrimonio artístico.

El Museo Lladró exhibe 70 obras de un fondo total de 200, al margen de las piezas que conserva cada uno de los hermanos. El valor patrimonial del fondo artístico es incalculable. Como botón de muestra, Carmen Tarín apuntó que un tiziano muy similar al que se exhibe en Tavernes Blanques será subastado en breve con un precio de salida de 1.300 millones de dólares (980 millones de euros).

En una sala paralela, el Museo Lladró acoge una muestra seleccionada de las figuras de porcelana sobre las que se cimentó la marca. Sorprende la sutileza y concepción minimalista de algunas de las primeras piezas de Lladró elaboradas hace más de cincuenta años.

Un arlequín de formas alargadas en tonos pastel de 1969 fue señalado por Alain Viot, consejero delegado de Lladró, como una de las piezas de mayor éxito internacional de la firma de porcelanas y auténtico icono del particular estilo que envuelve la marca.