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El déficit de lluvia se extiende ya dos años y medio

Desde hace dos años y medio (septiembre de 2004) la lluvia recogida en las comarcas valencianas es sistemáticamente inferior a la media de precipitación que se considera habitual. "Ha habido algunos periodos de lluvia, como el de diciembre de 2004, enero de 2005 o noviembre de 2006 pero en general han sido de corta duración", informó ayer el Centro Meteorológico de Valencia del Instituto Nacional de Meteorología (INM). Además, "en la mayoría de los casos las precipitaciones no han tenido gran penetración hacia las zonas de interior", el lugar en el que se encuentran los embalses, sino que "los registros más importantes [se han producido] en zonas litorales o montañas prelitorales".

Entre el 1 de septiembre de 2006 y el 28 de febrero de 2007, el déficit de precipitación ha sido del 10% según el INM. A lo largo de estos seis meses, un 80% del territorio valenciano presenta sequía climática -menos precipitaciones de la media- y sólo en zonas costeras de Valencia y Castellón y en el norte de Alicante el agua recogida fue superior a la habitual. Esta escasez se añade a la que se arrastra desde septiembre de 2004 por lo que se extiende a lo largo de 30 meses. El balance total de estos dos años y medio de sequía ofrece un déficit de agua global del 20% y un 96% del territorio con escasez pluviométrica. La sequía fue especialmente intensa en el periodo entre septiembre de 2004 y agosto de 2005, cuando se llegó a alcanzar una tasa de agua un 30% inferior a la media.

Por observatorios, a la cabeza del déficit hídrico está el situado en Alicante (Ciudad Jardín) con un 37%, al igual que el de Sumacàrcer. Por detrás están diversas localidades de la Ribera Alta como Antella (36%) o Alberic (34%). En el extremo opuesto, han recogido más agua de lo habitual las estaciones de Benissa (13%) y Bolulla (8%). Por comarcas, las más deficitarias son las ribereñas del Júcar.

El déficit de lluvia se ha visto acompañado por otro fenómeno excepcional: temperaturas "anormalmente altas". Salvo en agosto y diciembre de 2006, todos los meses han alcanzado registros por encima de lo que suele ser habitual. Esta circunstancia sumada a la anterior agudiza la sequía, ya que que el calor favorece la pérdida de humedad del suelo por evaporación.

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