El apoyo de Chirac cuelga sobre Sarkozy la etiqueta de candidato continuista
El ministro del Interior abandonará el Gobierno el lunes, un mes antes de los comicios
Jacques Chirac apoya a Nicolas Sarkozy en la carrera al Elíseo. De forma clara, pero fría, el presidente francés se pronunció finalmente a favor de la candidatura de su ministro del Interior, de tal manera que al mismo tiempo fuerza a Sarkozy a cargar durante la campaña electoral con el balance de su presidencia. La ruptura proclamada una y otra vez por el presidente de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), el corte con el pasado que parece ansiar la sociedad francesa en estas elecciones, parece desvanecerse del perfil de quien se ha convertido en el delfín de la continuidad chiraquiana.
Sarkozy abandonará el Ministerio del Interior el próximo lunes día 26 y será sustituido con toda probabilidad por el actual ministro de Ultramar, François Baroin. También dejará el Ejecutivo el titular de Sanidad, Xavier Bertrand, que ejerce desde hace ya dos meses como portavoz de la campaña.
El candidato conservador había anunciado una y otra vez, cuando le recriminaban que compaginara su condición de aspirante a la presidencia con el de ministro del Interior, que dejaría el Gobierno, "antes del mes de abril". Por su parte, Chirac, cuando hace 10 días anunció que no se presentaría a un tercer mandato, aplazó para "el momento oportuno" desvelar a quién daría su apoyo. El Consejo de Ministros de ayer fue la ocasión para que ambos se decidieran.
Chirac apareció ante las cámaras de televisión e hizo una corta declaración. "Las cosas son simples", dijo, "hace cinco años impulsé la creación de la UMP para permitir a Francia llevar a cabo una política rigurosa de modernización de una forma duradera. En su diversidad, esta formación política ha escogido apoyar la candidatura de Nicolas Sarkozy en la elección presidencial, debido a sus cualidades. Por tanto, muy naturalmente, le aportaré mi voto y mi apoyo". El jefe del Estado rindió entonces tributo al "trabajo, compromiso y resultados" de Sarkozy al frente del Ministerio del Interior, y anunció que éste dejaba su puesto en el Gobierno para poder dedicarse "de lleno" a la campaña electoral.
Sarkozy había salido antes del Elíseo sin hacer comentarios. Todo había sido pactado entre ambos y el primer ministro, Dominique de Villepin. Poco después, en un comunicado, el candidato de la UMP aseguraba que "en lo político y en lo personal" el apoyo de Chirac era "importante" para él. "Procede de quien ha sido presidente de la República durante 12 años y conoce mejor que nadie las exigencias del cargo; la declaración de Jacques Chirac tiene un significado político de primera importancia", señalaba.
Inmediatamente, las reacciones, tanto de los medios de comunicación como de los candidatos rivales, incidían en la ambigüedad de la toma de posición del todavía presidente y sobre las consecuencias que su apoyo puede tener en la carrera electoral de Sarkozy.
Incluso en los últimos años, los intentos del ministro del Interior por acaparar el protagonismo eran cortados sin contemplaciones por el presidente, como cuando proclamó: "Yo decido, él ejecuta". Sin ir más lejos, la noche del martes, en un mitin, Sarkozy aseguró que si es elegido no hará "lo contrario de lo que había prometido la víspera", en una clara alusión a las decenas de promesas rotas que jalonan la carrera política de Chirac.
La candidata socialista, Ségolène Royal, dijo ayer que "nunca dudó". Por mucho que lo niegue, Sarkozy, según Royal, "es el candidato saliente de la mayoría saliente" cuya "catastrófica" gestión para el país debe asumir.
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