Las obras del AVE han provocado 1.001 averías en Cercanías entre octubre y marzo

La red de Cercanías catalana presentaba "severas deficiencias" en todos sus aspectos, desde las vías a las señales, desde los sistemas eléctricos a los trenes. Y, además, están las obras de la línea de alta velocidad. Sólo ella ha provocado retrasos o supresiones en 1.001 trenes entre los meses de octubre y marzo, explicó ayer en el Congreso de Diputados la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez. La ministra insistió en que la falta de actuaciones durante el Gobierno del PP, con el apoyo de CiU, dijo, es la causa última del desastre continuado en la red de Cercanías, aunque resaltó también las actuaciones que han hecho que las averías bajen en número entre octubre y marzo.

En octubre el impacto de las obras del AVE sobre Cercanías fue que 820 trenes se vieron afectados por la incidencia de las obras. En marzo, en cambio, sólo han sido cuatro. De noviembre a febrero, el número de incidencias fue de 177. Datos que abren una ventana al optimismo para la ministra.

No fueron optimistas las intervenciones de los grupos políticos. Joan Tardà, de Esquerra Republicana, y Joan Herrera, de IU-ICV, reclamaron la dimisión de Magdalena Álvarez por las continuas averías y retrasos en las Cercanías. CiU y PP no fueron tan lejos, se contentaron con pedir responsabilidades sin exigir que fuera la ministra la que tuviera que dejar el cargo, salvo que no encuentre a nadie a quien destituir. Álvarez se tomó la petición con cierta guasa: "Ustedes no me hubieran nombrado, claro, ni yo a ustedes".

Causas varias

La ministra adujo que las causas de las averías son diversas. La principal, la falta de inversiones por parte de los gobiernos del PP. De modo que vías, catenarias, instalaciones eléctricas y estaciones de alimentación estaban, dijo, obsoletas y, en algunos casos, han tenido que ser reparadas de urgencia. En su opinión, las obras en Cercanías deberían haber sido acometidas en 2001, al tener que actuar al mismo tiempo sobre la red convencional y la alta velocidad, la posibilidad de incidencias es inevitable, aseguró. Las otras opciones eran peores: o reducir los servicios de Cercanías o aplazar la llegada del AVE a Barcelona durante un periodo no inferior a tres años. Una vez se ha decidido que la línea esté lista en 2007, las incidencias son inevitables.

Este dato fue el eje de la crítica de Jorge Fernández Díaz (PP). "Usted ha elegido una fecha política, inaugurar antes de las elecciones". Herrera (ICV) insistió en que la ministra siente más aprecio por el AVE, que usará el 2% de la población, que por las Cercanías, que usa la mayoría de la gente. Herrera añadió un dato: los trenes afectados serán 1.001 por las obras del AVE, pero superan los 3.000 si se cuentan el resto de averías en la red. "Problema histórico hay", dijo Herrera, "pero también falta de previsión suya". Jordi Jané (CiU) coincidió con el PP en que la imagen de Fomento en Cataluña es "equivalente a la del caos".

Salvo el PP, el resto de grupos reclamaron el traspaso de Cercanías a la Generalitat. Jané y Herrera defendieron que parte del problema de los endémicos retrasos estriba en que las decisiones se toman "lejos" de donde se produce el problema. La ministra les preguntó dónde estaba Mercè Sala, elogiada por casi todos los ponentes, cuando reorganizaba Cercanías. Se respondió ella misma que estaba en Madrid, pero tenía toda España en la cabeza.

El problema, replicó la ministra en su segunda intervención en la que daba respuesta a las críticas recibidas, es que la herencia era la que era: vías propias de los años sesenta, enlaces de los cincuenta y sistemas informáticos desfasados. El ministerio, sostuvo, ha tenido que actuar con prisa dada la situación heredada. Por ejemplo: Cercanías ganó un 16% de usuarios entre 2000 2004, pero el número de trenes era el mismo.

Fernández Díaz y Jané criticaron la insistencia de Magdalena Álvarez en achacar al pasado lo que "ocurre ahora". Jané ironizó: "Deje de mirar el retrovisor, que va a terminar con tortícolis". Las cosas, respondió la ministra, son como son y fueron como fueron, y el PP y CiU pactaron la entrada de la alta velocidad por donde pasa la línea de Cercanías sin prever las incidencias y sin invertir antes en obra alguna.

La intervención de la ministra hizo que Fernández Díaz recuperara el tono crispado habitual del PP. Acusó a los socialistas de haber cobrado comisiones por el AVE de Sevilla, antes de añadir que el AVE llegó a Cataluña (Lleida) de la mano del PP. Álvarez no dejó de recordarle el cúmulo de deficiencias, empezando por la velocidad, que presentaba aquella obra. Fernández Díaz, que antes no había pedido la dimisión de la ministra, la exigió señalando que si ella no cesa deberá hacerlo el presidente del Gobierno.

La respuesta de la ministra a los cobros de comisiones fue demoledora: "Yo no he pagado ninguna comisión, pero sí que he tenido que pagar las obras de arte compradas a la novia del anterior ministro". Una clara alusión a Francisco Álvarez Cascos (PP), que compró cuadros y esculturas a la galería de su entonces novia para decorar el Ministerio de Fomento.