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Los vídeos del 'caso Roquetas' muestran los malos tratos que recibió el fallecido

Los guardias civiles se justifican por la "agresividad" y "corpulencia" del agricultor

Los asistentes al juicio por la muerte del agricultor Juan Martínez Galdeano en el cuartel de la Guardia Civil de Roquetas de Mar (Almería) pudieron ver ayer la prueba más custodiada durante todo el proceso: el vídeo grabado por las cámaras del edificio donde se observa parte de lo ocurrido el 24 de julio de 2005 y que permanecía inédito. La cinta deja especialmente mal parada a la única mujer acusada, que golpea a Galdeano con una porra tras haber resultado herida en el forcejeo. En el vídeo también se aprecia al teniente José Manuel Rivas con una porra en la mano.

En la sesión de ayer el público de la sala pudo ver junto a los jueces y las partes del caso la reproducción de la grabación que hicieron las cámaras de seguridad, que no pudieron ser filmadas ni fotografiadas. El vídeo muestra cómo a las 16.17 Juan Martínez Galdeano entró en el cuartel tranquilo y cómo a las 16.33 llega un grupo de personas que son atendidas por un agente que les indica que deben dirigirse a la Policía Local si desean denunciar el altercado de tráfico con Galdeano.

En esta primera parte de vídeo se aprecia cómo el agricultor, que está dentro de las oficinas, sale al exterior y sale corriendo hacia el margen izquierdo de la pantalla. Cuando vuelve a aparecer en plano lo hace por el margen derecho y sin pantalones. El agricultor cae y lo intentan levantar entre cuatro agentes. Se levanta él solo, da un empujón y se va al mástil de la bandera que hay en el patio de entrada. "Estando en el mástil parece llamar al alcalde, a su madre e incluso a la Guardia Civil. Creo que no sabía ni dónde estaba", declaró ayer el guardia Domingo Jodar.

A las 16.35 se ve entrar a dos agentes de la Policía Local y, de nuevo, a las personas que perseguían a Galdeano. Los policías locales se van a los dos minutos y aparece el teniente José Manuel Rivas, vestido de paisano, con algo en la mano. A las 16.40 entran todos los agentes que hasta el momento estaban en el cuartel con Galdeano y el teniente.

La siguiente secuencia del vídeo muestra parcialmente el coche que el guardia alumno Acuyo había llevado hasta la puerta para trasladar a Galdeano. Esta secuencia refleja, aunque sólo de manera parcial, los últimos minutos de vida del agricultor, que se resiste a entrar en el vehículo. En plano aparece la agente María José Sánchez, que golpea con una defensa en las piernas al agricultor después de que éste le reventara dos dedos al golpear la puerta del vehículo

[hecho que no reflejan las cámaras]. La agente manifestó: "Me sentí muy indefensa y creí necesario coger una defensa que tenemos. Estaba dando patadas y le di dos veces de rodillas para abajo. Le di con tal de que no moviera las piernas. Yo acabé con las piernas llenas de morados de las patadas que me dio", manifestó.

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La acusación particular ejercida por el letrado José Ramón Cantalejo estudia pedir un incremento de la pena para la agente, ya que "se aprecia ahora que sobrepasó el límite de violencia gratuita". Otro agente, José Antonio Moreno, segundo mando del puesto, reconoció ante el fiscal haber aplicado "tres o cuatro" puntos de presión en la zona lumbar del detenido con una defensa extensible -no reglamentaria- que estaba cerrada. Moreno negó que la aplicara en el cuello. José Antonio Muñoz Montes, por su parte, reconoció haber hecho uso de un spray "de pimienta" durante la inmovilización del agricultor.

Todos lo guardias coincidieron en manifestar la "agresividad", la "corpulencia" y el "nerviosismo" del agricultor cuando intentaron llevarlo, primero, al ambulatorio y, después, al calabozo de la Policía Local por un delito de desobediencia y resistencia a la autoridad. Según sus testimonios, Galdeano mordió a dos agentes, golpeó la muñeca y reventó dos dedos de la mano de la única mujer guardia, clavó las uñas a otro e intentó coger la empuñadura de la pistola del guardia en prácticas minutos antes de su muerte.

"A día de hoy, todavía nadie me ha dicho otra manera de poder reducir a una persona de esa corpulencia. La actuación fue la más proporcionada a la agresividad que presentaba", contestó ayer José Raúl Acuyo, el guardia que tan sólo llevaba un mes de prácticas en la Guardia Civil cuando falleció el agricultor en el acuartelamiento de Roquetas de Mar.

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