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Juicio por el mayor atentado en España | 11-M
Columna
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El mayor juicio paralelo jamás montado

Mientras los expertos en desactivación de explosivos desfilan por la sala, el cronista reflexiona sobre las preguntas de algunas acusaciones de víctimas simpatizantes del PP y de las defensas de algunos acusados. Coinciden en la impostura: en tanto que unos indagan para retorcer cualquier indicio que puedan usar los testigos a fin de demostrar la presunta manipulación policial-judicial, los otros, saliéndose de su papel de letrados de sus patrocinados, van a por lo mismo. Se trata de desprestigiar la instrucción del juez Juan del Olmo y de la fiscal Olga Sánchez. Es un frente común. Los testigos se ven condicionados por este medio ambiente.

Ayer, por ejemplo, el testimonio de Pedro, el Tedax que desactivó la bomba, y que permitió, a través del teléfono móvil y la tarjeta, llegar al estado mayor de la operación terrorista islamista, levantó suspiros cuando mencionó que no le cuadraba el hecho de que el mecanismo se había elaborado con bastante ingenio y, al tiempo, no se hubiese puesto cinta aislante sobre dos cables que conectaban el teléfono-temporizador con el explosivo. Especuló que podían haber sido distintas manos las que habían intervenido. Unas manos expertas y otras chapuceras. Pero, claro, Pedro aclaró antes que el mecanismo utilizado en las bombas del 11-M nada tenía que ver con los sistemas utilizados hasta entonces en España. Según dijo, son mecanismos usados en Oriente Próximo; no por el terrorismo local, léase ETA, en España.

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El artificiero Pedro y las almendras amargas

Las preguntas de las acusaciones próximas al PP a Pedro y a los demás tédax brillaron ayer por su ausencia. El tono inquisitorial que utilizan las defensas de algunos acusados, a pesar de continuar de manera abierta, fue disimulado cínicamente al final de sus preguntas con una felicitación a los expertos en desactivación de explosivos. Este gran show, donde los testigos protegidos de la policía son los malos de la película y sus chapuzas el objeto central del juicio, ¿tendrá algún coste?

Hay quien piensa que sí. El cronista rememora una frase que el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, le manifestó el pasado viernes en una entrevista realizada en su despacho.

"Es una situación muy extraña", dijo el ministro. "En el exterior están impresionados con lo que se ha logrado en este país. No entienden lo que está pasando aquí dentro. Les faltan claves que probablemente a nosotros nos sobran. Pero creo que alguien tendrá que pagar en algún momento por esta campaña de manipulación. El ciudadano de a pie debe saber que esta conspiración necesitaría por lo menos la complicidad de unos 200 funcionarios del Estado, ¡y esto bajo el Gobierno del PP! Lamentablemente estamos asistiendo al juicio más importante en la historia de este país. La investigación ha tenido éxito a partir de una instrucción seria y, sin embargo, tenemos un gran espectáculo montado, el mayor juicio paralelo, el mayor ejercicio de presión sobre quienes están juzgando. Alguien deberá responder por ello en su momento y estoy convencido de que responderá". ¿Responderá alguien por una campaña de intoxicación que dura prácticamente tres años? ¿Pagará alguien alguna vez la factura? Los que mintieron el 11-M fueron castigados en las urnas el 14-M; los que han mentido estos cuatro años con la excusa de que sólo quieren saber la verdad también deberían ser llevados al banquillo. El de la opinión pública

Un <i>tédax</i> de los que declararon ayer en el juicio del 11-M.
Un tédax de los que declararon ayer en el juicio del 11-M.SCIAMMARELLA

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