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Juicio por el mayor atentado en España

Tres testigos confirman el hallazgo de ropa con ADN de tres suicidas

Tres testigos, dos empleados de una obra y un guardia civil, confirmaron ayer el hallazgo junto a las vías de los trenes atacados de la única prueba no cuestionada hasta ahora por los teóricos de la conspiración: la ropa localizada junto a la estación de Vicálvaro, la mañana del 11-M, con rastros de ADN mezclados de tres de los suicidas de Leganés (Mohamed Oulad Akcha, Abdenabi Kounja y Rifaat Asrih Anuar) y del procesado Otman el Gnaoui. Esas prendas y las huellas y vestigios genéticos hallados en la famosa Kangoo y el Skoda Fabia son las únicas que sitúan a los supuestos terroristas, además de los testigos, en las proximidades de la matanza.

Luis Manuel Toscano contó cómo esa mañana, hacia las ocho, vio a un joven que había penetrado en la obra en la que trabajaba, que estaba justo frente a la estación de Vicálvaro. Lo que más le extrañó fue que, a pesar de que parecía desnudarse, llevaba más ropa debajo de la que se quitó.

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El trabajador no le dio importancia hasta las 10 de la mañana, cuando habló con sus compañeros de la matanza que acababa de sacudir España. Toscano y su compañero Alberto Arozamena fueron a ver la ropa: un pantalón, una sudadera, unos guantes y una bufanda tubular de color negro. Además, en un contenedor también encontraron "unos guantes y una especie de pasamontañas", y en una papelera próxima "unas pilas, tarjetas telefónicas y como un circuito integrado".

"Recoger la ropa"

Los trabajadores llamaron a la Guardia Civil. "Lo que hicimos fue ir a la zona a recoger la ropa. Los testigos nos dijeron que habían visto a un joven de 25 o 30 años, y que les chocó que estuviera en la obra y que llevara más ropa debajo", declaró el agente que tomó las prendas.

La ropa fue analizada por la Guardia Civil, según el testigo del instituto armado. Lo que se halló fue una mezcla de rastros de ADN que, tras el suicidio de Leganés y las detenciones posteriores, se pudieron adjudicar a tres suicidas y al citado Otman El Ganoui, quien ya ha declarado en la vista que estuvo trabajando como albañil en la casucha de Chinchón hasta poco antes de los atentados. Además, acudió a recoger a Jamal Ahmidan, El Chino, cerca de Burgos, cuando supuestamente el comando bajaba de Asturias hacia Madrid con los explosivos.

El testigo que vio al joven desnudarse, en su declaración primera ante el juez, reconoció a cuatro personas que creyó que tenían los mismos rasgos que el intruso de su obra. Uno de los que identificó fue Mohamed Oulad, uno de los suicidas de Leganés, cuyo rastro genético estaba en esas ropas.

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