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Reportaje:

"¡No entiendo tantas tarjetas!"

Cannavaro es el jugador más amonestado de la Liga, y el Madrid, el equipo con más amarillas

Cannavaro, que no se había destacado por nada especial desde que llegó a España, ya es líder. El central italiano encabeza la lista de los jugadores más amonestados del campeonato con 13 cartulinas amarillas. El segundo en la clasificación es su compañero Sergio Ramos, que ocasionalmente le ha escoltado en el eje de la zaga del Madrid y que suma 12. Unos metros por delante en el campo y siete por debajo en la tabla de futbolistas más sancionados por minuto de juego se encuentra Diarra, con 10 tarjetas. Entre los tres han convertido al Madrid en el segundo equipo que más faltas hace de la Liga tras el Levante.

Elegido mejor jugador de 2006 por la FIFA y premiado con el Balón de Oro, Cannavaro salió el domingo del Bernabéu con la sonrisa de un guasón. Se fue derrochando simpatía. Feliz tal vez por eso. Porque se iba. Acudía con su petate a reunirse con su selección, Italia, ese puerto de paz en el que la justicia arbitral responde a un orden comprensible para él. Porque en España cada vez que sale a jugar con el Madrid vive sumido en la confusión. El domingo le mostraron la quinta amarilla y se perderá el partido contra el Celta. Al marcharse del campo, se encogió de hombros: "¡No lo sé!". El hombre no comprende: "¡No entiendo por qué me sacan tantas tarjetas! Me han mostrado la amarilla por un contacto que, en mi opinión, no ha sido ni falta".

"Nos sacan tarjetas porque no jugamos juntos. No somos un equipo. Muchos compañeros no se sacrifican", dice un jugador que pide el anonimato
"¡No sé qué pasa!", le dijo Cannavaro a Thuram tras ser expulsado. "Sé más prudente. No intentes anticiparte como en Italia", le contestó el francés

Dentro de dos semanas, Cannavaro no podrá asistir a uno de los duelos más señalados de la Liga: Celta-Madrid. El equipo con más tarjetas rojas, el vigués, contra el equipo con más amarillas. Todo un espectáculo de dureza que, sin embargo, no se traduce en una buena defensa. El Celta lucha por no bajar a Segunda y el Madrid por no quedarse fuera de los puestos de la Champions.

En público, Cannavaro siempre ofrece respuestas políticas. Para sí mismo se guarda las reflexiones inquietantes. Porque está preocupado. Los números delatan que algo le sucede: en el Mundial jugó siete partidos y no vio ni una sola tarjeta; en el curso pasado, con el Juventus, recibió siete en 36 partidos, y en el anterior fue amonestado en dos ocasiones en 38. Hace un mes, Cannavaro llamó a su ex compañero Thuram, ahora en el Barça. Acababa de ser expulsado ante el Atlético y su grado de frustración había tocado techo. "¡No sé qué pasa!", le dijo. Y el francés, que para esto es un doctor, le recomendó como lo haría un sabio chino: "Aquí en España debes ser prudente porque la defensa no tiene tanta cobertura del medio campo. Te sugiero que esperes más, que juegues con más calma, que no intentes salir mucho al medio campo, que procures no anticiparte como solías hacer en Italia... Aquí no conviene".

Con Thuram coincide Radomir Antic, ex entrenador del Madrid, el Atlético y el Barça, entre otros equipos: "Cuando el Madrid intenta juntar líneas, cuando sube la defensa 30 metros para intentar recuperar el balón, Cannavaro no se siente a gusto. Eso le ha costado el castigo de muchas tarjetas amarillas y expulsiones".

Mencionarle el tema de las cartulinas a los jugadores del Madrid equivale a meterles el dedo en la llaga. De todos modos, no eluden una explicación autocrítica. Lejos de acusar a los árbitros como han hecho Capello y Mijatovic en los últimos meses, Helguera señala un problema interno de falta de organización. ¿Por qué el Madrid es el equipo más tarjeteado? "Por llegar tarde", dice el cántabro, que sólo lleva tres; "nos muestran tarjetas porque llegamos tarde. Y llegamos tarde porque el equipo no está bien colocado. No nos situamos bien". En eso también coincide Antic: "El Madrid es un equipo peculiar. Se defiende por acumulación sin que los jugadores tengan un objetivo fijo. En casa se repliegan a su campo y esperan a que el contrario suba el balón dejándole espacios. Por eso Casillas recibe tantos disparos: invitan a que el contrario juegue cerca de su portería. Es un equipo que se repliega y espera. Es muy difícil ver a un rival del Madrid en fuera de juego".

El canterano Torres, que es bisoño, pero las ve venir, prefiere no meterse en el charco. "¡Yo no soy árbitro!", dijo tras el partido contra el Nàstic; "pero creo que a Cannavaro le han mostrado una tarjeta no por hacer una falta concreta, sino por reiteración de pequeñas faltas. El árbitro le mostró la amarilla a la tercera".

Un futbolista del Madrid que prefiere el anonimato atiza a sus propios compañeros y a sí mismo: "Nos muestran tarjetas porque no jugamos juntos. No jugamos juntos porque no somos un equipo. Muchos compañeros no hacen el sacrificio que deberían. Del mismo modo que piden el balón al pie, se niegan a moverse para ayudar a defender. Entonces, muchas veces te encuentras muy solo ante rivales que te encaran y que pueden crear peligro. Y, ante la duda, haces falta".

Alkorta, central indiscutible en la primera etapa de Capello en el Madrid, no comprende los nuevos tiempos. "Tácticamente, Fabio trabajaba mucho. Es un entrenador muy metódico", argumenta; "pero la defensa debería haber vivido algo más tranquila, sobre todo con Emerson y Diarra delante. Es un problema del equipo, no sólo de la defensa. Nosotros jugábamos marcando al hombre en las jugadas de estrategia y con Hierro libre para atacar el balón. No teníamos dudas. El trabajo estaba muy claro. Ahora, el Madrid mezcla la defensa en zona y la individual".

El ex central vasco defiende a Cannavaro: "Ha acusado el cambio de cultura futbolística y la falta de coberturas. Se ha visto de repente en un equipo con más metros por delante, más desasistido y solo frente al contrario. Eso en Italia no le ocurría. Aquí fija y sigue muy bien a su par, pero lo hace demasiado. En Italia estaba acostumbrado a coberturas rápidas y a recorrer pocos metros".

Hierro, que también se distinguió bajo las órdenes de Capello, se muestra sorprendido con la estadística y comprensivo con Cannavaro: "Me sorprende la estadística porque el Madrid no es un equipo con jugadores muy fuertes físicamente, duros, que hagan marcajes agresivos. Lo que pasa es que en el Madrid se crean muchos espacios a la espalda de la defensa y muchas veces tienes que cambiar una amarilla por un gol. A mí me pasaba. Te quedas mano a mano y tienes que evitar que te metan un gol. Históricamente, en el Madrid ha sido muy difícil defender bien. Para Cannavaro, además, supone un cambio muy duro. Mentalmente, tiene que situarse en un equipo en el que, como defensa, por primera vez se va a sentir atacado de verdad. El Madrid tiene que ir siempre arriba y para un defensa eso se hace muy difícil. Sabes que, pase lo que pase, tu equipo se irá al ataque. Y tú te quedarás solo".

El árbitro muestra a Cannavaro la tarjeta amarilla durante el partido Atlético-Real Madrid.
El árbitro muestra a Cannavaro la tarjeta amarilla durante el partido Atlético-Real Madrid.CRISTÓBAL MANUEL

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