La última parada de la noche

Ana María Ariza coge cada fin de semana el autobús de la línea 1 en la plaza de España, en el centro de Cádiz. Cada noche de sábado paga los 90 céntimos del billete para llegar hasta el colegio de Salesianos, convertido en discoteca para adolescentes. Pero el último viaje, el que hizo el sábado a las 22.20, le salió gratis: Ana María Ariza fue la primera usuaria del autobús búho, un servicio de transporte gratuito para jóvenes con dos líneas diferentes que ha comenzado a funcionar este fin de semana en Cádiz. La chica, de 15 años, ha ganado además media hora de diversión. "Antes teníamos que coger el último autobús, el de las doce y media, o tenía que buscarnos en coche el padre de alguna amiga. Pero hoy nos podemos volver a la una".

El color azul del exterior distingue a los 'búhos' del resto de autobuses urbanos

Ana María Ariza viaja con tres compañeras: Mónica Cepillo, Estefanía Zamora y Luisa Cervantes. Todas están en 3º de ESO y todas se han vestido para salir. "Menos mal", comentan mientras les hacen fotos al subir al autobús, "porque vamos a salir en todos sitios". Son las primeras que se montan en el búho, pero no es el primer viaje del autobús. El primero salió a las diez del extremo opuesto de la ciudad sin ningún pasajero, a excepción del conductor, una azafata, y un empleado de seguridad que les acompaña para evitar altercados.

"Hasta las once o las doce, que sale la gente, no vamos a tener pasajeros", aclara el conductor, Carlos Alcántara. Sus previsiones se cumplen: el búho cubre el trayecto sin que nadie se monte. Sólo algunas personas confundidas tratan de subir: "Tiene que esperar, éste es sólo para jóvenes con tarjeta búhobus".

Y es que esta iniciativa del Ayuntamiento sólo va dirigida a jóvenes de entre 14 y 28 años empadronados en Cádiz. Son los que han recibido en sus domicilios la tarjeta gratuita para utilizar el transporte. El resto -universitarios que viven temporalmente en Cádiz, estudiantes Erasmus, jóvenes que pasan sus vacaciones en la ciudad...- tendrá que seguir recurriendo al transporte privado o los taxis. "No me parece bien", se queja Elena León, de 18 años, "la novia de mi hermano, que tiene 24, es de Puerto Real, y como no puede coger el autobús, pues él, para no dejarla sola, también se tiene que ir en taxi".

Pero ella sí lo ha cogido. Lleva varios folletos con información cultural y de ocio que le ha entregado una azafata que viaja en el autobús. Dos pantallas de plasma reproducen los videoclips musicales que emite Onda Cádiz, la televisión municipal. Esos detalles, y el color azul del exterior, distinguen a los búhos del resto de autobuses urbanos.

Con Elena León viajan otros cinco pasajeros, entre ellos, Pablo Casais, de 17 años, que se ha ahorrado gracias al búho una buena caminata a pie hasta su casa o los seis euros del taxi. Se vuelve pasadas las dos, pero podría hacerlo más tarde. Porque no tiene hora de vuelta, y porque el autobús funciona hasta las seis de la mañana. De momento, como experiencia piloto, sólo lo hará los sábados, pero el Ayuntamiento podría extender el servicio a los viernes si los usuarios lo demandan.

A las 2.25 Elena León se sube al autobús después de una noche de marcha. Sobre su hombro, su compañero de trayecto recuesta la cabeza y trata de descansar con la voz de Shakira de fondo.