Gaz de France dice 'no' a Sarkozy

El presidente de Gaz de France, Jean-François Cirelli, lo dejó muy claro el pasado martes: la compañía sigue adelante con la fusión con el grupo francobelga Suez -aplazada por la justicia y apoyada por el actual Gobierno francés- y rechaza cualquier otra unión. El ministro del Interior y candidato a la presidencia, Nicolas Sarkozy, había apostado por una estrecha alianza entre la gasista con alguna de sus proveedoras, en concreto la argelina Sonatrach.

Los principales candidatos a la presidencia francesa rechazan la fusión de la gasista con Suez, apoyada por el actual Gobierno de Villepin

Durante el acto de presentación de resultados de 2006, Cirelli reiteró que ha recibido del Consejo de Administración el mandato de llevar a cabo la fusión con Suez, y que no va a dar marcha atrás. "No es nuestro proyecto una alianza de capital con un proveedor", dijo el directivo. La propuesta de Sarkozy buscaba que el grupo gasístico estatal, al fusionarse con Sonatrach, lograra aprovisionamientos propios con pozos de gas.

Cirelli, que afirmó que es "bueno" todo lo que les acerque a sus proveedores, recordó que hace tiempo que colaboran con Sonatrach, con la que comparten una filial, pero también con el ruso Gazprom y la compañía noruega de gas. "Mi responsabilidad como presidente de Gaz de France (GDF) es preparar la fusión con Suez", aclaró.

GDF suscribió en 2006 un acuerdo con la argelina para suministrar a Francia un millón de metros cúbicos de gas natural a través de Medgaz, el gasoducto que une el país magrebí con España y en el que la francesa tiene una participación del 12%.

La fusión con Suez, apoyada por el Gobierno del que el propio Sarkozy forma parte, pretende combinar la electricidad que aporta Suez con el gas de GDF. En cualquier caso, la decisión definitiva no se tomará antes de julio, según dictaminó un tribunal el pasado mes de noviembre. Este retraso hasta después de las elecciones presidenciales hace que la fusión se encuentre más en entredicho que nunca.

Y es que los principales candidatos a las elecciones presidenciales son reacios a esta fusión, con la que el Gobierno intenta evitar que la italiana Enel lance una oferta pública de adquisición (OPA) de acciones sobre Suez. La socialista Ségolène Royal advirtió que si llega a la presidencia dará marcha atrás en la apertura del capital de GDF. Sarkozy, por su parte, se comprometió a que la participación estatal en la gasista no baje del 70%.

Aunque la fusión "no es una cuestión de vida o muerte para la compañía", según declaró recientemente Cirelli en una entrevista, el presidente de GDF apuesta con fuerza por ella: "Tenemos que observar lo que está ocurriendo en Europa; se está produciendo una fusión de las dos energías y nosotros debemos ofrecer ambas", añadió.

Durante la presentación de resultados, Cirelli destacó el incremento del beneficio neto registrado por GDF en 2006. De los 1.782 millones de euros en 2005, han pasado a los 2.298, lo que supone un crecimiento del 29%. La compañía asegura en un comunicado que la consolidación del sector energético refuerza su pretensión de fusionarse con el grupo de energía y servicios francobelga.

La gasista obtuvo unos ingresos de 27.642 millones de euros, un 21% más que en 2005, y prevé elevar un 38% sus inversiones, hasta los 4.000 millones. Cirelli destacó el buen resultado de todas las divisiones operativas de la compañía, que sacaron provecho de una coyuntura energética "portentosa". "La estrategia para el desarrollo de Gaz de France quedará reforzada con nuestro proyecto de fusión con Suez, que supone un gran paso para acelerar nuestro ritmo de crecimiento", añadió.