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Reportaje:Fútbol | 27ª jornada de Liga

A Riki aún se le espera

El fichaje estrella del Deportivo, que hoy se mide al Getafe, su anterior equipo, sólo ha conseguido un gol esta temporada

En el Deportivo nadie es capaz de blandir un argumento convincente para justificar la sequía goleadora de Iván Sánchez Rico, Riki, (Aranjuez, Madrid; 1980). "Hay que estar tranquilo porque el gol llegará. Lo fichamos por su capacidad de desborde y está trabajando bien", apunta Joaquín Caparrós. "No estamos preocupados. Sabíamos que no es un delantero puro y que funciona mejor de segunda punta. Fue una lástima la lesión de Bodipo", añade Richard Moar, director deportivo y asesor del presidente.

"Nunca he sido de grandes cifras, pero sí he estado entre cinco y diez goles", asume el delantero. Esta tarde Riki se enfrenta al equipo que le brindó la oportunidad de triunfar en el fútbol. Se reencontrará con el Getafe de Bernd Schuster, que le sacó lo mejor que lleva dentro, y con Güiza, un punta puro con el que se sentía a gusto.

Riki llegó al Deportivo como revulsivo. Durante la pasada temporada se detectó un problema grave con el gol. A pesar de que Augusto César Lendoiro, el presidente, ya estaba ejecutando un proyecto con bisoños futbolistas de bajo coste, se gastó cuatro millones y medio de euros para fichar a Riki, que acababa de firmar una magnífica temporada con el Getafe. Ocho goles aparecían en su hoja de servicios.

"Si han pagado eso supongo que es porque lo valgo; en el campo intentaré demostrar trabajo, humildad y marcar goles", dijo el jugador el día de su presentación. Lendoiro respiraba aliviado a su lado: "Confiamos en que su llegada se traduzca en resultados y goles". Al calendario liguero ya le han caído 26 jornadas. Y a Riki todavía se le espera. Sólo lleva un gol, ante la Real Sociedad en las primeras jornadas, aunque de bellísima factura. Ha estado un mes lesionado, pero sus números no están a la altura de cuatro millones y medio de euros. El delantero de Aranjuez, que se formó en la cantera del Madrid y rompió a bueno en el Getafe, no oculta su "ansiedad". Hace unas semanas Joaquín Caparrós le recomendó, a modo de broma, que "tome tila" para aplacar este estado. "No me gusta la tila, pero si hay que tomarla, se toma", respondió Riki.

El debate en el deportivismo es profundo. Para algunos, como sostiene el propio Riki, "no se están generando ocasiones". Para otros, como defiende Joan Verdú, "el problema es que no se resuelven bien las que se generan". Lo cierto es que los números goleadores del Depor son más preocupantes que su puesto en la clasificación. Sólo ha marcado 19 goles y Arizmendi, el máximo anotador del equipo, sólo ha aportado cinco. Nada del otro mundo para un delantero que aspira a consolidarse en la selección.

Y a Pirelli, como llamaba Craioveanu a Riki en el Getafe porque "la potencia sin control no sirve de nada", según rezaba la leyenda del anuncio de neumáticos, le está pesando el papel de jugador franquicia. "Caparrós nos recomienda que rematemos con tranquilidad a puerta. No me obsesiono", dice algo contrariado.

El compromiso no se le puede negar. Trabajó de camarero en el bar de su tío cuando comenzaba a dar sus primeros pasos como profesional. Su boda coincidió con su fichaje por el Deportivo, un club "grande que tiene que estar en la UEFA".

Riki, en un partido con el Deportivo.
Riki, en un partido con el Deportivo.REUTERS

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