Un tapón desenroscado
Abierto el túnel de entrada a Madrid desde la carretera de Extremadura a Príncipe Pío
La entrada desde la carretera de Extremadura a Madrid, un peregrinar lleno de curvas pintadas de amarillo y entre escombros, se convirtió ayer al mediodía en un túnel de 2,1 kilómetros que vuelve a la superficie en la glorieta de San Vicente. También entró en servicio la conexión de 825 metros desde la M-30 dirección norte con la avenida de Portugal en sentido salida. El alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, inauguró la obra junto al vicealcalde, Manuel Cobo. Una infraestructura que se ha tardado en rematar 22 meses, dos menos de los inicialmente previstos por el calendario municipal. El coste final ha sido de 168,8 millones de euros.
Sin embargo, no todo el mundo está contento. El portavoz de la Asociación de Vecinos de Batán, Manuel Dorado, aseguró que "no va a mejorar la calidad de vida de los vecinos" y pidió que el tramo de la vía que discurre desde el paseo de Extremadura hasta la M-40 tenga una limitación de velocidad de 50 kilómetros hora y que esté regulado por semáforos. Se estima que por el nuevo subterráneo circulen 60.000 vehículos diarios, entre ellos 1.800 taxis y 1.800 autobuses. "¿Por qué la carretera de Córdoba tiene pasos de peatones y sí está limitada y la de Extremadura no?", se preguntó el dirigente vecinal.
Protestas de los vecinos
En su discurso inaugural, Ruiz-Gallardón hizo hincapié, precisamente, "en las ventajas para los vecinos". Unos beneficios que tradujo en cifras: 81.000 metros cuadrados liberados por el soterramiento que permitirán hacer un bulevar ajardinado de 28.500 metros cuadrados. El alcalde destacó que los habitantes de la zona podrán "caminar" hasta la Casa de Campo. "Hemos conseguido hacer más amable una de las zonas de la ciudad más castigada por el tráfico". El túnel cuenta, según las cifras municipales, con 58 cámaras, 30 postes de socorro, 82 altavoces, 56 ventiladores y 10 salidas de emergencia.
Unos datos que no conmueven a la asociación vecinal de Batán, el barrio que comienza donde está ubicada la boca de salida del subterráneo: "Unos 155.000 vehículos diarios van a seguir circulando por nuestras casas, el túnel no nos afecta", se lamentó Dorado. Otro líder vecinal, Juan Díez, el presidente de la Asociación de Vecinos del Alto de Extremadura, advirtió de que el próximo lunes presentará un escrito de queja a la Junta Municipal de Latina porque los residentes de la avenida de Portugal entre los números 157 y 177 -"Los que más han sufrido los dos años de obras"- no pueden optar a una plaza en el nuevo aparcamiento que está ubicado entre el túnel y la superficie de esta vía. Según anunció el Ayuntamiento, sólo tienen derecho a optar a una de las plazas los que viven entre el número 9 y el 155.
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