Chupinazo de De la Peña y festival
Un cañonazo de Lo Pelat rompe la tenaz resistencia del Maccabi, y el Espanyol acaba goleando
Un chupinazo de De la Peña zanjó el sostenido y por momentos tenso pulso que el Maccabi Haifa mantuvo con el Espanyol. El Maccabi, con más entidad de la que se presumía, puso en jaque al Espanyol, al que superó incluso en un disputado primer tiempo. Pero cuando más fruncía el ceño la parroquia, llegó el zurriagazo de De la Peña y todo se precipitó. Funcionaron los pases, aparecieron los rematadores, se abanicó el centro del campo. El Espanyol marcó en ocho minutos los goles que no había siquiera insinuado en los 140 minutos de juego que sumaba el pulso desde el partido de Tel Aviv. Montjuïc acabó siendo una fiesta, sin tiempo para celebrar los goles de sus tres mosqueteros, De la Peña, Tamudo y Luis García, y el billete para los cuartos de final, con el epílogo del tanto del pichichi de la UEFA, Pandiani.
El jolgorio fue tanto mayor cuanto que el Maccabi posee media docena de buenos jugadores, un conjunto muy apañado y fue hueso duro de roer, pese a la goleada final. Es, ante todo, un equipo muy vivaz, que demostró un notable orden táctico. Va sobrado de vinagre. Tamudo recibió a menudo. Moha también. Pero los israelíes no pecaron de ingenuidad. Sabían cuándo y cómo fajarse para evitar el castigo arbitral y, como si fueran curtidos y expertos habituales de la Champions, sabían también cuándo era necesario hacer la falta para evitar que el Espanyol les cogiera a contrapié. En ataque les faltó dar el tiro de gracia, pero no mordiente. El brasileño Boccoli llevó por la calle de la amargura a David García, las maniobras de Katan en la media punta mantuvieron en tensión a los centrales y fue considerable el despliegue de Refaelov por la banda izquierda.
Valverde apostó por un equipo en el que Pandiani maniobró en la media punta y Tamudo pivotó en la punta de lanza. Pero casi nunca conectaron con De la Peña. Tamudo quedó muy atrapado por los centrales, Harazi y Keinan, muy rápidos y atentos, y Pandiani tardó en aparecer. El Espanyol sólo dio fe de vida en el primer tiempo en dos lanzamientos desde larga distancia de De la Peña y Luis García. Dominó en muchas fases, pero le faltó capacidad para desequilibrar y poner en verdaderos aprietos a la defensa del Maccabi. Los desbordes por las bandas resultaron previsibles y los zagueros israelíes ganaron la partida.
Hasta el chispazo de De la Peña, nada hacía presagiar la comodidad con la que despachó el asunto el Espanyol.El Maccabi, que tenía bastante con empatar para clasificarse, se hundió. Fueron los mejores minutos del Espanyol, que trenzó como no lo había hecho antes. Pandiani dejó su huella en el partido con un estupendo pase a Tamudo, que cruzó perfectamente sobre la salida de Davidovich. De la Peña metió una preciosa asistencia, marca de la casa, que aprovechó Luis García y Pandiani no cejó en el empeño hasta que Rufete le metió el centro preciso para redondear la goleada y la fiesta en Montjuïc.
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