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Zapatero asegura que ni acepta chantajes de ETA ni se "achanta" con el "montaje" del PP

José Luis Rodríguez Zapatero celebró ayer el tercer aniversario de su victoria electoral con la enésima sesión de control centrada en la lucha antiterrorista. Aún resacoso de la manifestación del sábado, el jefe de la oposición, Mariano Rajoy, trató de acosar al presidente del Gobierno por su decisión de conceder la prisión atenuada al terrorista Iñaki de Juana: "El sábado, muchísimos españoles salieron a la calle de una manera serena, responsable y seria para que rectificase su decisión. ¿Lo hará? Está poniéndose en contra de la inmensa mayoría de la sociedad española, está forzando a su partido".

Acebes reclama que De Juana vuelva a prisión cuando salga del hospital porque "ya no habrá motivos humanitarios"
De la Vega: "Han convertido la lucha contra ETA en el trampolín hacia el poder, pero puede llevarles a una piscina vacía"
Rajoy le exige que garantice que Batasuna no se va a presentar a las elecciones, y el presidente elude el asunto
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"Tengo el máximo respeto por todas las personas que expresan su opinión", se limitó a contestar Zapatero, para reprochar inmediatamente después al PP su actitud. "La política antiterrorista del Gobierno quiere prevenir, combatir y trabajar por el fin del terrorismo. Es una política de Estado, desde la Transición, en la que deberíamos contar con el apoyo de todos. Da igual el caso De Juana. Desde el inicio de la legislatura nunca he tenido ni un solo día, en una sola decisión, el apoyo de su grupo para luchar contra el terrorismo y ver el fin de la violencia", dijo entre gritos de los diputados del PP, que recordaban que tras la tregua, Rajoy -pese a que el año anterior había acusado al presidente de "traicionar a los muertos"- apoyó a Zapatero hasta que supo que el PSE se reuniría con Batasuna.

Rajoy contraatacó: "Usted rompió el Pacto Antiterrorista, y a pesar de eso yo le apoyé después de la tregua, hasta que hizo lo único que le pedí que no hiciera. Ha sido más amable con Batasuna que con el PP. Con De Juana cedió al chantaje. Diga que Batasuna no se va a presentar a las elecciones. Diga que no va a pactar en Navarra con quienes no quieren que sea Navarra. Sólo hay dos temas en su agenda, el proceso de paz y la descalificación global de la oposición. No sé si es bueno para usted, pero es malo para España. Rectifique".

Sentido de Estado

El presidente del Gobierno eludió el asunto de Batasuna y el de Navarra. Se centró en De Juana y admitió que puede ser una medida impopular, pero pasó a la ofensiva. "Puede haber españoles que discrepan, y los hay, pero no hay uno solo que pueda decir que usted me ha apoyado a mí desde el principio de la legislatura. ¡Ni chantaje ni montaje! Este Gobierno no acepta chantajes de un terrorista ni de nadie, ni tampoco se achanta ante el montaje de mentiras del PP. Este Gobierno toma las decisiones dentro de la ley, por sentido de Estado y por responsabilidad, para garantizar la seguridad de todos". Zapatero recibió una de las mayores ovaciones de sus compañeros en el Congreso. Rajoy había sido recibido por los suyos con un larguísimo aplauso como premio al éxito de la manifestación del sábado.

El presidente no quiso entrar en el asunto de Batasuna, la siguiente batalla entre los dos grandes partidos, pero sí lo hizo su ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba: "Nosotros queremos que Batasuna esté en las elecciones, porque significará que cumple la ley, así que, si quiere, ya sabe, tiene que cumplir la Ley de Partidos".

Antes, Zapatero había aprovechado una respuesta al líder de IU, Gaspar Llamazares, para explicar cómo cree él que debería comportarse la oposición con la política antiterrorista. "El Gobierno ha tomado una decisión ajustada a derecho aunque controvertida. Estamos en un juicio inquisitorial. Frente a la furia de la violencia de ETA y el ruido de quienes quieren patrimonializar a las víctimas y hacer de la lucha antiterrorista una política de partido, le proponemos que lidere un pacto por la paz y frente al terrorismo, que una a fuerzas políticas sin exclusiones", había dicho Llamazares.

"Me consta que mantiene alguna discrepancia, sobre todo en la Ley de Partidos y el Pacto Antiterrorista. Pero ha apoyado al Gobierno. Ésa es la posición útil, seria, responsable. Demuestra que hay líderes que aman a su país, que defienden la nación y que están dispuestos a poner los intereses generales por encima de los de partido. Estoy abierto a su iniciativa", sentenció Zapatero.La sesión, menos bronca que en otras ocasiones, fue casi monográfica. Ángel Acebes y Eduardo Zaplana abandonaron a su presa de las últimas semanas, el ministro Mariano Fernández Bermejo, y volvieron a sus habituales choques con la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, ayer llenos de referencias al modo de hacer oposición del PP.

Vuelta a la cárcel

Acebes exigió al Gobierno que devuelva a De Juana a la cárcel cuando salga del hospital. "Tiene un año de condena, no está arrepentido, y no habrá razón humanitaria cuando salga de la clínica. El día que se vaya a su casa habrán agravado la humillación a las víctimas. Ayer reconocieron que fue para evitar 'males mayores'. ¿Cuáles? ¿Temían que ETA pudiera romper el proceso? Según esta doctrina, tendríamos que haber cedido ante el secuestro de Miguel Ángel Blanco y Ortega Lara, reconocer la autodeterminación y la anexión de Navarra. Es una aberración, es la doctrina de que debemos darles todo lo que nos pidan para que nos perdonen la vida. Colocan la vida de un asesino por encima de la libertad de los españoles".

De la Vega auguró un futuro negro para la oposición. "El espectáculo del Senado hace sentir vergüenza ajena. Todo lo que ha hecho y se hará con De Juana son decisiones con control judicial. El derecho siempre va a prevalecer frente a la venganza, el rencor y la demagogia, frente a los que están dispuestos a todo para alcanzar el poder. Los ciudadanos les van a juzgar a todos en las urnas. Usted, señor Acebes, una vez salió, manipuló y perdió. Le va a pasar otra vez lo mismo".

Zaplana, que el día anterior tuvo un largo debate con Rubalcaba sobre la política penitenciaria del PP -que permitió a De Juana redimir 600 días y a otros 62 etarras 194 años-, convirtió su choque con De la Vega en una segunda vuelta. "Nosotros presentamos nueve propuestas para el cumplimiento íntegro de las penas. Ustedes las rechazaron. Usted misma dijo, el 16 octubre de 1995, que no cree en el cumplimento íntegro porque supone un retraso de 200 años que sólo sirve para aplacar la sed de venganza. Eso es lo que ha permitido salir a los terroristas y no las infamias que han dicho. Las circulares [que marcan el caos del PP del que habla Rubalcaba] no son vinculantes para los jueces. Nosotros no somos tramposos. Esos están en esa bancada".

De la Vega se defendió atacando: "La división, la confrontación, hace asomar la sonrisa a los terroristas. Fue un Gobierno socialista quien modificó el Código Penal que ustedes no tocaron hasta 2003. Siempre hemos defendido la firmeza y la justicia, no la venganza. Ustedes han decidido convertir la lucha contra el terrorismo en el trampolín hacia el poder, pero hay trampolines que llevan a piscinas vacías".

La traca final la pusieron Alejandro Ballesteros y Ana Torme, del PP, quienes acusaron al Gobierno de "claudicar" ante ETA. Rubalcaba sentenció: "Ustedes han decidido que llegan al Gobierno con ETA o no llegan".

Bancada del PP. En primer término, Eduardo Zaplana, Ángel Acebes y Mariano Rajoy, de izquierda a derecha.
Bancada del PP. En primer término, Eduardo Zaplana, Ángel Acebes y Mariano Rajoy, de izquierda a derecha.BERNARDO PÉREZ

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