El fiscal retira los cargos de espionaje a la ex presidenta de HP

El polémico caso de espionaje que enturbió el pasado otoño la gestión del fabricante de ordenadores HP tocó ayer a su fin sin que la sangre llegara al río, después de que la Fiscalía General del Estado de California optara por retirar los cargos que presentó contra Patricia Dunn, que fue forzada a dejar la presidencia de la compañía por el escándalo.

Dunn fue acusada en un principio de estar detrás de la trama por la que se utilizaron prácticas de dudosa legalidad para espiar a los miembros del Consejo de Administración de HP, empleados y a periodistas, para destapar a la garganta profunda que pasaba información estratégica de carácter reservado a los medios. Los otros acusados evitarán la cárcel tras declararse culpables de un "delito menor".

La ex presidenta de HP, que vio cómo el consejero delegado Mark Hurd se hacía con su puesto aprovechando la crisis, declaró tras escuchar la decisión del fiscal que éste era "el resultado justo" a una crisis que puso en duda la gestión del gigante de Palo Alto. Su abogado dejó claro que Patricia Dunn no se declaró culpable de nada, como se dijo en un primer momento. Los investigadores que contrató HP utilizaron una técnica conocida como pretexting para acceder a registros telefónicos privados.