Por la ruta de las ovejas

La Ruta Madrileña de la Trashumancia (Trashumad 2007) celebra una nueva edición con la doble intención de recuperar las vías pecuarias como caminos vitales para conservar y conectar espacios naturales de la Comunidad y para fomentar su utilización como lugares de ocio respetuoso con la naturaleza. Es la primera vez que se organizan cinco rutas por vías pecuarias distintas y están abiertas a la participación gratuita de los asistentes, que están invitados al avituallamiento y las comidas camperas al final de cada recorrido. El próximo sábado Trashumad echará a andar con la marcha del barranco de Arca, entre las localidades de Ambite y Villar del Olmo.

La fiesta de la trashumancia madrileña va por su tercera edición y se engloba dentro de otras iniciativas similares promovidas desde la Dirección General de Agricultura y Desarrollo Rural con el programa Descubre tus cañadas. La edición de 16 guías en papel y en Internet (www.madrid.org/viaspecuarias) con las rutas más significativas y la elaboración y posterior emisión de una serie documental en televisión forman parte también de esas iniciativas. Ambite, Villar del Olmo, Los Molinos, Santa María de la Alameda, Bustarviejo, Garganta de los Montes y Canencia serán los municipios por los que discurran este año las rutas de Trashumad, lo que permitirá conocer algunos de los pueblos y entornos naturales más desconocidos de la Comunidad. La importancia y originalidad de la propuesta la hizo merecedora del Premio Fitur Activo Modalidad Naturaleza.

Estos caminos son los vestigios de una actividad ganadera milenaria

Las cuatro grandes cañadas de Madrid son corredores de alto valor ecológico

Aunque las carreteras y la expansión urbanística han diluido gran parte del patrimonio trashumante madrileño, aún se pueden recorrer hasta 4.200 kilómetros de cañadas reales. Son vestigios de una actividad milenaria que alcanzó gran notoriedad y trascendencia social y política en toda Castilla. El ganado trashumante estaba formado principalmente por ovejas, pero también por vacas, reses bravas y caballos que recorrían el territorio español de norte a sur (según la estación) en busca de los pastos frescos de montañas y valles. En torno a las tres principales cañadas (Central o Segoviana, Occidental o Leonesa y Oriental o de La Mancha) crecieron y se ramificaron cordeles, veredas, coladas, galianas o cabañiles, nombres de otras vías pecuarias que cruzaban regiones, provincias o simplemente comarcas. Actualmente, la gran mayoría se ha convertido en corredores de alto valor ecológico que conviene conservar para mantener en buen estado tanto los espacios naturales que recorren y unen como la fauna y la flora que habita y crece en ellos.

Las cuatro grandes cañadas que atraviesan Madrid y que forman parte de la red en proceso de recuperación son: la Real Segoviana, que entra en la provincia por Somosierra, la cruza de norte a sur pasando por las cuencas de los ríos Lozoya, Manzanares y Guadarrama y sale por el suroeste tras recibir un ramal de la cañada Real Leonesa Oriental. La Real Galiana recorre sus primeros metros en Madrid por la cuenca de los cauces del Jarama y el Henares y las estepas del este, baja por las vegas que riegan éstos y otros ríos como el Tajuña y atraviesa el cauce del Tajo hacia Toledo. La Real Soriana Oriental entra y sale por la esquina del sureste madrileño, en un tránsito por algunos de los rincones más desconocidos de la región, como las campiñas y quejigares de Brea del Tajo, los olivares de Valdaracete y otros hitos culturales y naturales cercanos a Fuentidueña del Tajo y Estremera.

La Real Leonesa Oriental atraviesa el extremo contrario, el suroeste, en concreto la Zona de Especial Protección para las Aves de los encinares de los ríos Alberche y Cofio, uno de los espacios naturales que albergan mayores cotas de biodiversidad de la provincia, con poblaciones de tres de las especies de aves más amenazadas de España: águila imperial ibérica, buitre negro y cigüeña negra.

Según Ecologistas en Acción, Madrid, junto a Castilla y León, Murcia, Cataluña y Valencia son las comunidades que mantienen en peor estado de conservación sus vías pecuarias y ponen como ejemplo que de 778 infracciones tramitadas en 2005 por el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil 268 procedían de la Comunidad de Madrid.