Mia Farrow denuncia los crímenes de Darfur

Mia Farrow, conocida por haber estado casada con Frank Sinatra y Woody Allen -quien la dirigió en 13 de sus películas-, ha viajado hasta Sevilla. La actriz visitó la capital hispalense para recoger el premio -entregado por el alcalde Alfredo Sánchez-Monteseirín (PSOE)- de la Fundación Nodo entre Culturas, que se le ha otorgado por su labor como embajadora de buena voluntad de Unicef. Farrow ha dedicado su popularidad a denunciar la situación que viven los niños y mujeres en Darfur (Sudán), Chad y la República Centroafricana.

La protagonista de La semilla del diablo no dudó en ponerse uno de los regalos de la ciudad: un mantón azul turquesa con flores bordadas a mano, un color que sin duda sentaba bien a su pálida tez. Farrow emanaba serenidad y una fragilidad aparente. Parecía querer mantenerse en segundo plano. Hasta que llegó su momento. ¿Premio? Sí, muy bien. Pero déjenme que les cuente lo que he visto en Sudán: "Lo que allí ocurre es un genocidio y tenemos que hacer todo lo que esté en nuestras manos para enviar protección a Darfur", pidió.

El panorama de la región de Darfur es desolador. Más de dos millones y medio de personas se han visto abocados a vivir en campos de refugiados. Y mostró las fotografías que ella misma hizo entre junio y noviembre de 2006. En las imágenes se ve un país devastado, con casi el 90% de las aldeas destruidas con el consentimiento del Gobierno sudanés. La actriz habló del horror que viven las mujeres de Darfur, expuestas a violaciones y mutilaciones constantes.

Farrow recibió agradecida el premio -dotado con 30.000 dólares, unos 23.000 euros- y lo dedicó "a todos aquellos que sufren y a los que arriesgan sus vidas para defenderlos", con una mención especial a la cooperante española Silvia Gaya, herida en Chad el pasado mayo.