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El cremallera de Montserrat vuelve a funcionar tras dos meses de paro

El tren cremallera reanudó ayer el servicio con normalidad tras pasar casi 70 días parado. El pasado día 2 de enero el tren dejó de funcionar debido a un desprendimiento de rocas de grandes dimensiones de la denominada pared Dels Degotalls, algunas de las cuales se consideró que podían pesar unas 30 toneladas.

El tren cumplió con los horarios programados durante todo el día. A primera hora de la mañana, los primeros viajes los realizó con pocos pasajeros, pero a medida que avanzó el día fue recuperando el ritmo habitual. Al mediodía, se habían contabilizado unos 800 usuarios, algunos menos de los que el tren podía trasladar en un sábado de un mes de marzo.

El tren ha estado paralizado porque los responsables de la empresa concesionaria del servicio, Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC), no han querido correr riesgo alguno y hasta que la zona del desprendimiento no se ha considerado totalmente estabilizada, saneada y segura no se ha querido poner en marcha el tren. Algunas rocas cayeron, además, sobre la catenaria y las vías, que se han tenido que reponer. Esto y el largo tiempo de parada obligó a la empresa a reanudar el servicio después de superado un periodo de pruebas. Al mismo tiempo, en las paredes de la zona por donde se deslizaron las rocas, se han instalado mallas metálicas para frenar posibles desprendimientos menores.

50.000 viajeros menos

FGC deberá imputar en el ejercicio de este año los gastos derivados de la reparación de la vía y la catenaria, la falta de ingresos del periodo en el que ha permanecido parado y el déficit de ventas que puede tener en las primeras semanas de servicio hasta que recupere el nivel medio de usuarios. Teniendo en cuenta las cifras de años anteriores, más de 50.000 personas han dejado de usar el tren cremallera en estos dos primeros meses del año, que por otra parte son los de menor asistencia a Montserrat.

El monasterio recibe cada año unos 2,5 millones de visitantes, con más del 20% de usuarios del cremallera. El primer día de servicio no fue especialmente bueno porque las condiciones climatológicas, con fuerte viento, no invitaban a subir a Montserrat. Las rachas de viento también obligaron a parar durante algunos periodos el aéreo de Montserrat, una alternativa a la carretera y al cremallera.

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Una de las personas que utilizaron ayer el cremallera, Francisco Martínez, se sentía "muy satisfecho de la normalidad del servicio". Él estuvo en la construcción del tren y ayer decidió "subir a Montserrat con el tren cremallera por la ilusión de volver a verlo funcionar y para ver cuál era la afectación del desprendimiento". La caída de piedras de enero, la segunda que se producía en la misma zona en un año, obligó a sanear la zona, con la utilización de explosivos para poder desprender las rocas que se consideraban inestables.

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