Marianne Fredriksson, escritora sueca
Obtuvo gran éxito con 'Las hijas de Hanna'
Traducidas sus obras a 44 idiomas, esta escritora singular, resistida por la crítica pero preferida por los lectores en su propio país, alcanzó también gran popularidad en España, Alemania, Holanda y Australia, entre muchos otros. Estudiosos de su obra han intentado explicar esa popularidad avasalladora de sus novelas que se tradujo en 16 millones de ejemplares vendidos. Hay coincidencias en que no sólo los temas, el amor, la fe, los personajes bíblicos, que son parte de la existencia de todos los seres humanos, sino la forma de acercarse a ellos y transmitirlos, encierran gran parte de la respuesta.
Es posible también que su temprana experiencia periodística en el Göteborgstidningen y su posterior ingreso en el grupo mediático de la familia Bonnier y luego en el diario Svenska Dagbladet, donde durante 15 años publicó una columna sobre temas centrados en el hogar, la familia, la cocina, desarrollaron en ella una forma fluida pero no superficial de comunicación, que alcanzó su plenitud cuando pasó a la literatura. Tenía 53 años cuando publicó su primera novela, El libro de Eva, en 1980, pero pareció como si quisiera rescatar el tiempo perdido y se entregó de lleno a escribir.
En una entrevista contó que pasados los 40 tuvo una gran crisis y pensó en matarse, pero "eso no puede ser cuando se tienen hijos". Su primer gran éxito internacional fue en 1997 Las hijas de Hanna, de gran aceptación en España. El año pasado publicó su última obra, Ondskans leende, (La sonrisa del mal).
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