Detenido en París un etarra que huyó a Uruguay, donde trabajaba como cocinero
El veterano etarra Miguel María Ibáñez Oteiza, de 52 años, fue detenido ayer nada más aterrizar en el aeropuerto Roissy-Charles de Gaulle de París, procedente de Montevideo (Uruguay). El arrestado perteneció a finales de los ochenta al comando Eibar de ETA -que perpetró al menos cuatro asesinatos-, pero logró escapar a Uruguay, donde se reconvirtió en cocinero y regentó el restaurante La Trainera, en el barrio de Los Pocitos de Montevideo. En 1995, tras ser detenido en ese país y extraditado, fue absuelto por falta de pruebas del asesinato de Sebastián Aizpiri, en 1988.
Ibáñez Oteiza fue arrestado nada más tomar tierra en la capital francesa, tras hacer escala en São Paulo (Brasil), en cumplimiento de una euroorden del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón. La instrucción para detenerle se basa en su posible participación en el asesinato de Francisco Javier Zabaleta, en 1988, por el que no fue juzgado ya que la extradición sólo se concedió por el asesinato de Aizpiri.
El etarra ya fue detenido en 1992 en Uruguay a petición de las autoridades españolas, junto a otros 12 terroristas. Inmediatamente fue encarcelado en dicho país por falsificación de documentos en relación con los restos del movimiento tupamaro. En aquellas fechas, Ibáñez Oteiza regentaba junto a la etarra Amaya Araquistain Unamuno el restaurante La Trainera, cuyo éxito permitió abrir otros dos restaurantes vascos, el Boga-Boga (en Punta del Este) y La Trainera II, todos relacionados y con cocineros vinculados a ETA. Los beneficios de esos restaurantes, donde solía comer la élite política uruguaya, engordaban las finanzas etarras.
Ibáñez Oteiza fue extraditado a España en 1994, lo que provocó una oleada de protestas en Uruguay, con un muerto y varios heridos de bala en las algaradas callejeras. Lo primero que hizo al llegar fue ponerse en huelga de hambre, que mantuvo durante una veintena de días. La Audiencia Nacional lo juzgó en 1995 por pertenencia a ETA y por el asesinato de Sebastián Aizpiri, pero fue absuelto de ambos delitos por falta de pruebas.
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