En el quirófano

Las series de hospitales no reflejan nuestro día a día y no tenemos tiempo para tanto ligue, explicaba una simpática cirujana al reportero de Callejeros (Cuatro) que retrataba distintos episodios en el hospital de Fuenlabrada. La doctora se explicaba ante las cámaras en el mismo quirófano donde extraía un tumor cancerígeno, lo que dice mucho sobre la rutina de precisión de la cirugía y de lo poco que intimidan las cámaras, que se pasearon por acontecimientos cotidianos, pero habitualmente invisibles, con una colaboración impensable de los enfermos

El reportaje, a diferencia de las series del sector, desde Anatomía de Grey (Cuatro) a los simpáticos aprendices de MIR o Hospital Central (Tele 5), daba más protagonismo a los enfermos que a quienes los cuidan. Atendían al reportero tanto recién llegados a urgencias con la cara ensangrentada como una mujer combatiendo un cáncer de mama. El reportaje terminó con el seguimiento de un parto, del que no se perdió detalle. Un acontecimiento habitual en un hospital, pero también la metáfora sobre unos centros a donde, como estudió Foucault, antes se iba a morir y ahora se va a sanar. Este Callejeros fue, aunque no lo parezca el tema, un canto al combate por la vida.

A propósito de House, la serie acaba de llegar a Francia, a la cadena TF1, y ha tenido un problemilla curioso, consecuencia de la furia sin sentido de alguna ley antitabaco. Para no infringirla, en el doblaje de un capítulo han quitado lo que podía entenderse como apología del cigarrillo. Según la revista Télérama, gracias al doblaje, en el quinto episodio hay una escena incomprensible. House recomienda a un Papá Noel con problemas intestinales que se tome un tazón de arroz. El Papá Noel se queda horrorizado, temiendo caer en la drogadicción. ¿Drogadicto del arroz? Su miedo se explica porque en el original, la receta de House es un par de cigarrillos diarios. En Télérama ya temen lo que puede decir House si se entera de que ha sido víctima de un muy moderno y muy francés tabú.