Kuyt, el delantero solidario

La sombra de Crouch es tan alargada que con frecuencia ha eclipsado el trabajo de Kuyt (Katwijk, 1980) desde que llegó a Liverpool, en agosto del pasado año, procedente del Feyenoord. El holandés anda lejos del poderío goleador demostrado en el equipo de Rotterdam, en el que en tres cursos marcó 71 goles en 101 partidos. Sólo en la campaña 2004-05 marcó 29 goles (no fue bota de oro por el coeficiente que se aplica a la Liga holandesa) y el propio Rafa Benítez reconoce que Diddy, como así le llaman, no ha dado todavía lo mejor de sí mismo: suma ahora 10 goles en 36 partidos.

"Está a un 70% de lo que puede dar de sí", reconoció el técnico madrileño la semana pasada. Pero no tuvo la intención de atizar al delantero para que se espabilara: "No, no fue una crítica", aclaró ayer Benítez. "Esto es Inglaterra. Aquí no es fácil meter goles y es su primer año. Estoy muy satisfecho de él. Me da todo lo que pido, incluso más. Es sólo cuestión de tiempo", concluye el técnico del Liverpool, que pagó nueve millones de euros al Feyenoord anticipándose al Tottenham y el Atlético de Madrid.

"Kuyt busca siempre la espalda de Crouch. El Barça debe estar atento a eso", avisa Arteta

"Kuyt es un incordio para las defensas. He visto a poca gente con su capacidad de trabajo", reconoce Xabi Alonso, que ve "normal" que un delantero sufra para adaptarse a la Premier League; "el fútbol inglés es muy complicado por la interpretación que hacen del reglamento. A la aclimatación tras un cambio de club le debes sumar un plus por lo que representa adaptarte al estilo de juego". Pero si los hinchas del Feyenoord conocían a Kuyt con el sobrenombre de He-Man es por su capacidad de pelearse con los defensas. "Una cosa es hacerlo en el continente y otra en Inglaterra", explicó Kuyt nada más llegar. "Jugar en la Premier no es fácil. El nivel es altísimo. Pero estoy orgulloso de jugar en el Liverpool", dijo a poco de conocer cómo las gastan por estas tierras.

"Le conozco desde que tiene 17 años y es fantástico", decía ayer Johan Neeskens, el segundo de Frank Rijkaard. "Benítez le ha cambiado un poco la manera de jugar. Antes era un 9 y ahora suele jugar a la espalda del delantero", explicaba quien le dirigió en la selección sub 18 de Holanda; "su capacidad de trabajo siempre ha sido muy grande, pero ha perdido un poco el contacto con el gol. Trabaja tanto que es difícil que esté en todos los lados".

"No para. Es una garantía de pase para un centrocampista porque siempre se ofrece", dice Arteta, del Everton. "Es muy complicado de tapar: sale igual por la derecha que por la izquierda. Y es muy listo. Se compenetra muy bien con Crouch", comenta Reina, el portero de los reds. De esa conexión con el espigado inglés nació el gol más rápido del Liverpool esta temporada. Fue a los cuatro minutos del partido ante el Chelsea en Anfield: Xabi Alonso tocó para Carragher y el central la pegó larga para la cabeza de Crouch, que la peinó. Kuyt, atento a la espalda de aquél, controló, pisó el área y... gol. "Es el que más ilusión me ha hecho porque nos mantenía vivos en la lucha por la Liga y porque era el Chelsea, claro", dijo el holandés. "Si juega Crouch, Kuyt buscará siempre su espalda. Los defensas del Barça deberían tener cuidado con eso", resume Arteta.

Kuyt, que confiesa que de niño era del Milan por Gullit, Van Basten y Rijkaard, es un tipo solidario dentro y fuera del campo. Con su esposa, Gertrude, fundó un centro benéfico para niños discapacitados en Utrecht y la fundación que lleva su nombre recoge dinero para escuelas de niños necesitados en Tailandia e India. Además, regularmente da donativos al equipo de su pueblo, el Quick Boys, en el que se crió antes de fichar por el Utrecht. "Soy un privilegiado, pero hay gente que necesita ayuda. Simplemente, trato de darla", pregona. Una máxima que, sin duda, ha trasladado al terreno de juego.