Valencia Acoge denuncia realquileres de más de 300 euros a inmigrantes en pisos compartidos
Hasta más de 300 euros por una habitación llegan a pagar inmigrantes a los que la falta de papeles, de ingresos fijos o, directamente, el rechazo de los arrendadores a su color de piel les impide acceder a una vivienda. El problema afecta especialmente a magrebíes y subsaharianos, quienes en ocasiones, pese a tener ingresos estables y documentos en regla no consiguen un contrato de alquiler por los recelos de los propietarios de las viviendas. "Entre estos grupos es habitual pagar hasta 250 euros por un pedazo de suelo en apartamentos compartidos con hasta 20 personas". La organización no gubernamental (ONG) Valencia Acoge denunció ayer el agravamiento de las situaciones de subarrendamiento de vivienda entre los inmigrantes, un fenómeno al que se refieren como "viviendas-patera".
"Hace solamente un año se podía alquilar una habitación por unos 120 euros al mes o 150 con gastos", comentó ayer a este diario Julia Checa, responsable del programa de vivienda de esta entidad. "Ahora no bajan de los 200 y llegan a superar los 300", relata. Ante el negocio que hacen los subarrendadores, muchos propietarios están subiendo el precio de los alquileres lo que provoca, a su vez, un incremento del realquiler. "Es una pescadilla que se muerde la cola y que perjudica a las personas que no pueden acceder al alquiler de una vivienda normalizada".
Valencia Acoge recordó que el Ayuntamiento de Valencia ha detectado 65 viviendad en las que vivían más de 15 personas , lo que evidencia "el hacinamiento en espacios mínimos y con condiciones de habitabilidad deficientes". Para hacer frente a esta situación, esta entidad humanitaria reclamó la implicación de las administraciones públicas. Una solución, sostienen, pasaría por promover "la ocupación de viviendas vacías y penalizando las que no se alquilaran", junto a facilitar el acceso a la vivienda de grupos excluidos.
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