Una contra del Betis fulmina al Deportivo

Cuando parecía que lo mejor del partido iba a ser el pitido final, cuando ya se esperaba un empate sin goles por las descaradas intenciones de Luis Fernández y por la impericia del Deportivo en ataque, una contra elaborada por Edú y Miguel Ángel dejó a Fernando a solas con Aouate. El delantero bético superó al cancerbero israelí con un delicado disparo por abajo y fulminó la racha del único equipo que no conocía la derrota en el 2007. El Deportivo llevaba invicto ocho partidos de Liga y cuatro de Copa. Por ilusión y ganas, no por fútbol. Pero el Betis no hizo gran cosa para llevarse un botín tan suculento.

Faltaban diez minutos para la conclusión de un bodrio. Luis Fernández ya había prescindido de Pancrate, Robert y Sobis para gestionar el empate con Edú, Caffa y Miguel Ángel. Joaquín Caparrós, en cambio, se había encomendado a Juan Rodríguez para sacar la pelota, a Pablo Álvarez para exprimir la banda derecha y a Taborda para pescar los balones aéreos. Durante cinco minutos Riazor se sacudió el tedio. Sobre todo, con la participación de Taborda.

El Deportivo acorraló al Betis durante unos instantes, lanzó cuatro saques de esquina, llevó el miedo a los guantes de Doblas y, cuando mejor parecía pintar la cosa, aparecieron Edú, Miguel Ángel y Fernando. Tres puntos para el Betis, que se aleja de los puestos de descenso.

En la primera parte Robert malgastó un preciso de centro Assunçao fruto de un contragolpe. Quiso poner la bota, pero remató con un colador. El Deportivo lo intentaba con disparos de fogueo, de Riki o de De Guzmán, que ni siquiera encontraron los tres palos de la portería.

Pintaba un partido de cerocerismo, a no ser que terciase una acción a balón parado de las que gustan a los dos entrenadores. En el segundo bocado del encuentro el Deportivo quiso algo más porque se trataba de Riazor. Con Arizmendi en la banda, con más metros, y Verdú de mediapunta, los coruñeses enhebraron media docena de ocasiones. Pero, en el asedio, apareció Fernando para demostrar su talento y acabar con la racha del Deportivo. Se esperaba que llegase ese día, aunque no contra un Betis que daba por bueno el empate desde que salió de Sevilla.