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Crónica:LA CRÓNICA
Crónica
Texto informativo con interpretación

Las confabulaciones de González Pons

¿Puede hablarse con objetividad sobre la visita de los parlamentarios europeos a la Comunidad Valenciana? No parece que tal cosa sea posible, al menos en el momento actual. El indudable esfuerzo que han realizado algunos periodistas por informar de un modo desapasionado, profesional, sobre la estancia de la comisión no ha producido ningún resultado perceptible en la línea oficial. Ni el consejero González Pons, ni los empresarios que le apoyan -empresarios con notables intereses en el ramo de la construcción-, se han interesado por conocer realmente lo que sucedía. Al contrario, todo indica que se han ceñido a un guión escrito con anterioridad, destinado al consumo interno de los valencianos. Más que atender a los hechos, se ha preferido recurrir al tópico, de tan larga y excelente tradición en el país, de la confabulación internacional. Para ello ha habido que desacreditar a los visitantes, acusándoles de cualquier cosa que se pudiera imaginar. Como es natural, no se ha aportado la menor prueba que confirmara las acusaciones pero, en estos casos, ya se sabe que la verdad carece de importancia.

De creer en las palabras de González Pons y de los empresarios que le secundan, los parlamentarios europeos serían algo así como unos caraduras que habrían venido a España a tomar el sol y beber sangría, a gastos pagados. Saber quién sufraga el viaje resultaría más complicado. A las dietas habituales del Parlamento Europeo, tal vez deberíamos añadir la sombra de ese misterioso fondo de inversión, cuyo nombre González Pons se niega a revelar, en un elegante y noble rasgo de discreción. Como toda confabulación que se precie necesita un fin, en este caso se trataría de llevarse nuestros turistas a Croacia y Polonia (sic). Es fácil entender lo de Croacia; ahora, la pretensión de desviar turistas a Polonia requiere un esfuerzo de la imaginación.

En este panorama de gran conspiración internacional, no se ha abordado, sin embargo, el problema de la identidad de los denunciantes ante el Parlamento Europeo. Debería investigarse de forma inmediata. En esas denuncias está el origen del asunto y son ellas las que han provocado la presencia de la comisión. Si es cierto cuanto se ha dicho, bien pudiera tratarse de agentes polacos o croatas, instalados en la Comunidad bajo el disfraz de pacíficos jubilados. La presencia de empleados del misterioso fondo de inversión, daría al caso un toque de originalidad que no deberíamos desechar.

Me temo que estas bromas, aunque divertidas, no nos lleven a ninguna parte. El consejero González Pons y sus empresarios pueden propagar cuantas conspiraciones consideren oportunas. Sólo necesitan dar rienda suelta a su imaginación. Pero deben saber que con ello no lograrán ocultar la mayor conspiración de todas: el propio reparto de la Comunidad. En urbanismo es imposible ocultar el cuerpo del delito, por más que algunos lo pretendan construyendo edificios llamativos. Cualquier persona con una cierta sensibilidad que recorra la Comunidad Valenciana puede juzgar por sí misma lo sucedido y extraer sus conclusiones.

Quizá se entienda mejor la situación, si reparamos en la noticia que la prensa publicaba el pasado sábado sobre la falta de zonas verdes en Alicante y Valencia. Conviene fijarnos en ella porque es la herencia que los señores constructores nos dejaron, cuarenta años atrás, a los habitantes de esas ciudades. Y con argumentos similares a los que utilizan hoy. En cuanto a conspiraciones, lo importante siempre es saber quién conspira contra quién.

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