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Reportaje:

De la cama a las pasarelas

Una pareja triunfa en Milán y París con su ropa reciclada de sábanas o manteles y diseñada en el Carmen de Valencia

Ferran Bono

Se conocieron en un viaje a Túnez. Y se tomaron tres meses para decidir dónde querían vivir. Su propósito era cambiar de vida; dejas atrás sus trabajos en Florencia y Milán. Viajaron por España, Marruecos y Portugal. Y al final, Paola Pucci y Paolo Coppolella optaron por establecerse en Valencia. De eso hace dos años. Alquilaron un bajo en pleno barrio del Carmen y empezaron a diseñar ropa con telas recicladas, nunca procedente de la basura: sábanas, mantas, manteles, tapicería, cortinas, fundas, pañuelos, sacos de arroz, antiguas prendas de amigos y familiares...

La marca, consecuentemente, recibió el nombre de Retal. Reciclaje creativo. Es su declaración de principio: rescatar lo que sobra como punto de partida de la creación.

"Queríamos poner en la moda algo de ética. No sólo ganar dinero", apunta Paolo, que dejó su vida en Italia para instalarse en Valencia

"Queríamos poner en la moda algo de ética. No sólo queríamos ganar dinero", apunta Paolo. Tampoco contaban con muchos euros para iniciar su aventura empresarial que, con una inversión mínima, les ha llevado a vender la próxima temporada en Japón. Antes han mostrado sus modelos singulares, de tallas únicas adaptables, en prestigiosos encuentros de la moda en Milán y el Pret á Porter de París. Dos citas exclusivas del mundo del diseño que reclamaron su presencia tras recibir un premio en el Salón Internacional de la Moda de Madrid.

Los pedidos se suceden y se telas se apilan en las estanterías del pequeño taller que antes fue el Purgatori, un espacio artístico alternativo promovido por el performero Pistolo. Pronto se convertirán en faldas, faldas-pantalones, vestidos, tops, camisas, camisetas o abrigos. "Todo empezó siendo un juego con los sacos de arroz", relata Paolo ¿Y no resulta muy basto para vestirlo? "Soy de Vercelli, un pueblo arrocero, como Valencia, y allí todo el mundo sabe que el algodón de los sacos de arroz de cinco kilos, como mínimo, transpira, por eso es preferible a las bolsas de plástico o a las cajas de cartón", explica el italiano, de 26 años, ex educador en un psiquiátrico. El algodón es el material preferido. Con él forran los tejidos más ásperos y realizaron su primera falda. "Aún la tenemos; todo el mundo la quería", apunta Paola, arquitecta. Una moderna tienda del Carmen (Be loved) confió en ellos y ahora distribuyen en numerosas ciudades españolas, en algunas italianas, en Israel, y en otros países. Y no han hecho más que empezar.

De momento les está yendo muy bien a la pareja de italianos, sin haber recibido ayudas de ningún tipo. Los contactos llegaron a partir de la selección y del premio en Madrid. El mundo de la moda necesita renovarse continuamente. Ellos aseguran que no tiene un modelo, un diseñador de ropa reciclada que sirva de patrón. Citan a Antonio Marras por tratarse de un caso muy conocido. El modisto italiano descolló utilizando ropa usada y ahora se ha convertido en un diseñador de primera línea.

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Al principio, Paola y Paolo cosían ellos mismos las prendas con sus propias máquinas; luego empezaron a encargar a costureras del barrio y ahora necesitan ampliar la producción para dar salida a los encargos. Nunca imaginaron obtener el éxito que están cosechando en tan poco tiempo. "Aunque hemos estado trabajando todos los días durante dos años", indica Paolo.

El modo de trabajo también es muy particular. Al principio contaban con unos pocos bocetos, pero lo que condiciona siempre la prenda final son las características del tejido y cómo se puede adaptar al cuerpo. Paola coge una falda, se la pone encima del pantalón y pasa un lazo de un extremo por un orificio de la cintura para mostrar cómo se puede ajustar a las distintas tallas.

Son prendas amplias, en su mayoría, con un coste entre 60 y 90 euros cada una. Las mujeres más jóvenes no son las principales destinatarias, porque "buscan más las marcas". Sus compradoras "buscan prendas únicas, un estilo propio, sin complejos", incide Paolo. Las etiquetas explican el origen, el tejido y la exclusividad de la prenda.

Cada colección tiene un tema. La de otoño-invierno era "el mar en invierno"; la de primavera-verano se inspira en la sugestiva y plástica película Dolls, del japonés Takeshi Kitano, añade el italiano.

Ahora proyectan realizar desfiles y destacan que en España hay más pasarelas que dan la oportunidad a los modistos jóvenes que en Italia, "donde hay que pagar mucho".

Ambos insisten que su marca, Retal (www.retalreciclajecreativo.com), es valenciana. En Valencia decidieron establecerse y aquí surgió la aventura empresarial. ¿Y por qué eligieron la ciudad? Porque es una ciudad universitaria, porque tiene mar, por el clima, "porque conviven la ciudad antigua y la moderna de Calatrava"; porque no es tan cara como otras y es más humana, responden. "Y porque yo ya la conocía y me gustaba", añade Paola.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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