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Más de 50.000 personas se manifiestan en Cádiz contra el cierre de Delphi

La Junta se niega a reunirse con la empresa para fijar las indemnizaciones a los trabajadores

"Cádiz, tacita de parados. No queremos dinero, queremos trabajo. Delphi: homicidio laboral". Son algunos de los mensajes que la población de la bahía de Cádiz quiso hacer llegar ayer a la dirección de Delphi Automotive España, empresa que pretende cerrar su factoría de Puerto Real (Cádiz). Mensajes repetidos por las más de 50.000 personas que participaron en la manifestación. La Junta de Andalucía advirtió ayer de que no aceptará ningún encuentro con la dirección de la empresa para fijar la cuantía de las indemnizaciones por los despidos de los trabajadores de la planta de Puerto Real.

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La marcha partió a las once de la mañana del pabellón deportivo Ciudad de Cádiz, situado a la entrada de la población, y concluyó dos horas más tarde en la sede de la Subdelegación del Gobierno. En el recorrido, más de tres kilómetros por la principal avenida de Cádiz, los manifestantes recibieron el apoyo de la ciudadanía.

Comercios, bares y pequeños negocios cerraron al paso de la manifestación. Sus empleados salieron a la calle para recibir a los trabajadores de Delphi con aplausos y gritos de ánimo. En el hospital universitario Puerta del Mar, el personal sanitario abandonó durante unos minutos sus puestos para mostrar su apoyo a la plantilla. También los alumnos de colegios como San Felipe Neri o María Auxiliadora, situados en el recorrido de la manifestación, dejaron las aulas para sumarse durante unos minutos a la marcha con pegatinas contra el cierre de la factoría. Incluso las campanas de la iglesia de San José tocaron al paso de los trabajadores.

Son algunas de las muestras de apoyo que recibió ayer la comitiva, encabezada por el comité de empresa de Delphi en Puerto Real. Tras ellos, las familias de los trabajadores y una nutrida representación política, con el delegado de Empleo, Juan Bouza, y los alcaldes de la Bahía.

"Puerto Real es una especie de tumba, pero no llena de muertos, llena de vivos que están gritando que Delphi no se cierra. Y desde luego la gente está muy preparada para lo que venga, porque no van a tolerar que se dé otro astilleros bajo ningún concepto", afirmó el primer edil de Puerto Real, José Antonio Barroso (IU).

Puerto Real es, efectivamente, la población más afectada: en ella vive el 23% de la plantilla de Delphi. Pero no es la única. Por eso, junto a Barroso, marcharon los responsables municipales de Cádiz, San Fernando, Chiclana y El Puerto de Santa María. Representantes de todos los partidos políticos participaron también, entre ellos, Francisco González Cabaña, secretario provincial del PSOE; Antonio Sanz, secretario andaluz del PP, y Gaspar Llamazares, coordinador de IU.

Pero la plantilla se sintió arropada, sobre todo, por la multitud de trabajadores que se unieron a su protesta, entre ellos, una representación del comité de empresa de Delphi en Sant Cugat del Vallés. Uno de sus miembros, Esteban Rodríguez, instaba a la sociedad a "demostrarle a la multinacional y las administraciones que no estamos dispuestos a aceptar este tipo de abusos". También estuvieron los empleados de Airbus y de los astilleros, como Jesús Gargallo, presidente del comité de empresa de Navantia en Cádiz: "Nuestro apoyo es total e incondicional. Por experiencia propia, sabemos lo que significa y nos solidarizamos porque entendemos que es un problema de todos".

En la Universidad hubo un 90% de seguimiento de la huelga convocada por el Sindicato de Estudiantes. Su coordinador en Puerto Real, Carlos Almengló, explicó la preocupación de los jóvenes por el cierre de la fábrica de automoción: "Estamos inquietos porque es el trabajo de nuestros padres, pero sobre todo, porque es nuestro futuro. ¿Adónde vamos a ir?".

A la manifestación también acudió el obispo de Cádiz y Ceuta, Antonio Ceballos: "La Iglesia siempre ha estado muy cerca de los trabajadores; son muchas las familias que claman y los puestos de trabajo en juego".

Desde el balcón de la Subdelegación del Gobierno, el presidente del comité de empresa, Antonio Pina, agradeció la participación de la ciudadanía y lanzó un aviso a la empresa: "Por más que nos intenten provocar con anuncios de cierre, no nos callaremos: esto es terrorismo laboral". Pina anunció también la negativa de los trabajadores a negociar con la empresa. "No estamos dispuestos a buscar una salida para la plantilla, sólo a mantener la actividad", señalaba el presidente del comité.

En el mismo sentido se pronunció ayer el consejero de Empleo, Antonio Fernández, quien aseguró que no aceptará ningún encuentro "cuyo contenido sea fijar la cuantía de las indemnizaciones por los despidos de los trabajadores de la planta de Puerto Real". El consejero recordó que el plan industrial de Delphi, que aseguraba el mantenimiento de la actividad hasta 2010, "sigue vigente".

Trabajadores de Delphi, familiares y vecinos de Cádiz, durante la manifestación en protesta por el cierre de la empresa.
Trabajadores de Delphi, familiares y vecinos de Cádiz, durante la manifestación en protesta por el cierre de la empresa.JULIÁN ROJAS

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