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Condena por traficar con explosivos como los de los suicidas de Leganés

Los acusados aceptan tres años de cárcel y evitan el juicio

Dos hombres reconocieron ayer en la Audiencia de Barcelona que traficaron con dos cartuchos de explosivos idénticos a los utilizados por los siete terroristas islámicos que se inmolaron en Leganés y con dos detonadores de las mismas características que los empleados en los atentados de Madrid del 11 de marzo de 2004. El tribunal impondrá a cada uno tres años de prisión.

La fiscal solicitaba en su escrito de acusación cinco años de cárcel para Miguel Ángel Plaza Marín y Carlos Cañada Coll, pero ayer rebajó su petición de pena. De esta manera, los acusados aceptaron los hechos y ahora la Sección Novena de la Audiencia de Barcelona les condenará a tres años de prisión. Es una posibilidad prevista por la ley que evita el juicio cuando hay conformidad con los hechos.

Cañada y Plaza dieron por buena la versión de la fiscal, según la cual el primero convenció al segundo para que entregara los dos cartuchos de explosivos y los dos detonadores a otra persona, un testigo protegido. La entrega se realizó en un bar de Cornellà en la noche del 21 de noviembre de 2005.

A cambio, el testigo protegido, al que ambos conocían como La Fuente y quien podría ser un confidente, debía abonarles 600 euros. El pago no se realizó en espera de otros 200 cartuchos, que nunca se entregaron porque Cañada y Plaza fueron detenidos el 7 de febrero de 2006.

La fiscal asegura que fue Plaza quien trasladó el material de Zaragoza a Barcelona en su vehículo. Los cartuchos intervenidos son de dinamita Goma 2 ECO, correspondiententes al lote X7D013, distribuidos hacia Asturias en el primer semestre de 2003, y tienen las mismas dimensiones y peso que los restos hallados y utilizados por los siete terroristas islámicos que se inmolaron en Leganés el 3 de abril de 2004, cuando la policía les descubrió e iban a detenerlos. Los detonadores también son idénticos a los sustraídos en la mina asturiana Conchita, de donde proceden los utilizados en los atentados del 11-M.

Estos hechos estuvieron incluidos en su día en el gran sumario que investigó la Audiencia Nacional, pero finalmente se desgajaron al comprobarse que no tenían nada que ver con el terrorismo islámico. Cañada y Plaza están en prisión preventiva desde hace más de un año y es probable que, con la condena impuesta, queden pronto en libertad.

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