Shanghai retrocede un 9,2%, pero acumula un 20% de ganancia en lo que va de año

El terremoto empezó en Oriente, cuando todavía dormían los europeos. El índice selectivo de las 300 mayores empresas que cotizan en las Bolsas de Shanghai y Shenzhen, con fama de ser volátil, descendieron el 9,2% al cierre de un intenso día (el valor de las compraventas rozó los 20.000 millones de euros).

El desplome no fue mayor porque 249 de los 300 valores dejaron de caer cuando alcanzaron el 10%, límite establecido por las autoridades chinas para variaciones en una sola jornada. En todo caso, el recorte se registra despúes de meses de subidas continuas y muy intensas, que llevaron al índice chino a duplicar su valor en 2006 y a acumular una apreciación del 20,4% en lo que va de año.

"Es simple, después de muy buenos ingresos, el mercado quiere tomarse un descanso y utiliza cualquier excusa para vender", aseguró Liu Yang, gestor de un fondo especializado en China, a la agencia Bloomberg.

La excusa que animó a la venta de acciones fue la decisión del Gobierno chino de crear un cuerpo especial para investigar prácticas ilegales en la compraventa de valores. Las autoridades chinas hicieron un llamamiento a los bancos para que revisen los créditos personales y se aseguren de que el dinero prestado no es para comprar acciones, una prácticas prohibidas para evitar que el enorme crecimiento de la Bolsa no degenere en una burbuja especulativa.

Entre los más afectados por la caída se incluye la consultoría bursátil CITIC Securities, la mayor del país y propiedad de Citic Group (al igual que CITIC Bank, del que el BBVA posee una participación). La siderúrgica Baoshan cayó un 9,03% y China Life Insurance un 9%. Las aerolíneas Air China, que se desplomó un 10% (hasta los 6,79 yuanes) y China Southern Airlines, que perdió un 5% (colocándose en 5,81 yuanes la acción) también se vieron afectadas por la fiebre vendedora. Los precios de las acciones chinas se duplicaron el año pasado.