Aznar cuestiona los Estatutos por la baja participación en las urnas

El ex presidente del Gobierno José María Aznar calificó de "curiosa democracia participativa y de calidad" la existente en España, en la que se "han convocado tres referendos y en cada uno ha votado menos gente que en el anterior". Aznar, que arremetió contra las recientes reformas estatutarias autonómicas, aseguró que "el PP no tiene una agenda política de radicalidad", sino una propuesta de "centro reformista, moderado y liberal".

Aznar, que últimamente está multiplicando su presencia en actos por toda España -hoy presenta en Madrid una conferencia del ex presidente argentino Eduardo Duhalde-, quiso dejar muy claro que, a pesar de esta presencia y la polémica generada al admitir que no había armas de destrucción masiva en Irak, "por si acaso y por si las moscas" él ya no se dedica "a la política activa". "Me retiré voluntariamente", afirmó.

Aznar, que pronunció una conferencia en Oviedo para un público fiel y entusiasta, convocada mediante invitación, entró en el hotel donde se celebró el acto por una puerta lateral. Eludió así encontrarse con nueve personas, dos de los cuales se identificaron como miembros del Sindicato de Estudiantes, que lo esperaban frente a la fachada principal vestidos con uniforme anaranjado y capuchas, a semejanza de los presos retenidos en la base militar de EE UU en Guantánamo. El Gobierno que presidía Aznar envió a policías y agentes del CNI a interrogar al menos a 13 presos de la base estadounidense en suelo cubano.

Los jóvenes portaban pancartas en las que emplazaban a Aznar a pedir perdón a "las familias de los miles de muertos de Irak" y a los españoles por haberles "engañado" y metido en "una guerra ilegal". Aznar no hizo ninguna alusión a la política internacional en su intervención.

El presidente de honor del PP cargó contra los recientes referendos celebrados en Cataluña y Andalucía -éste, con el respaldo del PP- para la reforma de sus respectivos Estatutos de Autonomía y sostuvo que "ha quedado demostrado" que no hay "demanda social" que reclame esa revisión estatutaria, "que no conduce a nada bueno", y que supone, dijo, una "frívola aventura de cambiar a la carrera la arquitectura institucional de España", "una subasta insensata para ver qué comunidad autónoma es más nación y, por tanto, menos España" y una "política de deslealtad y de engaño". "Lo que han hecho los ciudadanos es quedarse en casa", apostilló.

"España es la única realidad nacional que podemos reconocer", aseguró. La Constitución, en su opinión, "se está queriendo cambiar sin reformarla, por la vía de unos Estatutos como el de Cataluña, que desafían la idea misma de nación española". "La ruptura de las reglas de juego que todos nos dimos en la Transición es hoy el motivo de mi más honda preocupación", señaló.

El ex presidente del Gobierno rechazó la negociación política con "una banda terrorista", denunció "presión a la Justicia y a la fiscalía para que retiren obstáculos al acuerdo con los terroristas" y aseguró que la mayoría de los españoles "no quiere verlos [a los dirigentes de Batasuna] regresar, triunfantes, a sus escaños, a sus subvenciones y a sus amenazas".