Un gigante entre rascacielos
Shaquille O'Neal, 'montaña' de la NBA y policía en la reserva, se hace promotor inmobiliario
Shaquille O'Neal es desde hace años la gran montaña de la NBA. No necesita ser el más alto (2,16 metros), pero intimida más que nadie con sus 150 kilos de enorme y equilibrada corpulencia. Cuatro anillos con los Lakers de Los Ángeles y otro con los Heat de Miami le avalan. Su peso real y específico es tan grande que incluso en la actual temporada, pese a estar mucho tiempo lesionado, ha sido elegido sin discusión para el partido de las estrellas, disputado la semana pasada en Las Vegas. Todo lo que toca parece convertirse en éxito, aunque los Heat tengan difícil revalidar su título esta temporada por las lesiones. El técnico, Pat Riley, volvió recuperado de su operación de cadera, pero a Dwyane Wade, el otro gran as del equipo, se le salió el hombro izquierdo, que ya se había lesionado anteriormente, en el partido del miércoles en Houston (Texas).
En 2005 ayudó a capturar a un individuo que amenazó a dos homosexuales en Miami
Su primer gran proyecto son tres torres cuyo presupuesto ronda los 1.000 millones de dólares
Shaquille se tiene que echar a la espalda más que nunca al equipo. Pero tiene capacidad para eso y para bastantes cosas más. Se le conocía su faceta de benefactor de niños y desfavorecidos. "Mi madre siempre me decía que debía ayudar a la gente cuando pudiera", ha declarado el jugador. Ayudar y repartir. Por eso ha elegido otras dos profesiones: policía, para mantener el orden, y promotor inmobiliario, para tener dinero de sobra en el reparto.
En la madrugada del pasado 29 de enero fue la última vez que practicó como servidor de la ley tras jurar como reservista en Miami Beach apenas un año antes, en diciembre de 2005. Eran las cuatro de la mañana y Shaquille acababa de regresar con su guardaespaldas de Chicago, donde no había jugado contra los Bulls por no estar recuperado aún de su rodilla. Dos jóvenes hispanos de Tampa, que acababan de salir de una discoteca de Coconut Grove, una zona de ambiente al sur de Miami, embistieron la puerta abierta del Cadillac todoterreno de O'Neal, aparcado frente a la casa del guardaespaldas. Los agresores huyeron en dirección oeste, pero fueron alcanzados en una gasolinera y se quedaron petrificados cuando vieron salir al conductor del Escalade. "No podía creerlo", dijo uno de ellos después; "entre tanta gente y chocar contra su coche. Y es tan grande que intimida". Shaquille, muy serio, ni les dejó hablar hasta que vino la policía titular. Ya tenía experiencia. En septiembre de 2005, cuando aún iba a la academia policial, ayudó a capturar a un individuo que amenazó con una botella e insultó a dos homosexuales en Miami Beach. También le siguió con su coche y avisó a la policía.
O'Neal conduce tan bien como hace mates y tapones. El año pasado, poco antes del quinto partido de la final de la NBA, fue la primera vez que practicó con el título de reservista en el bolsillo. Dormía en su lujosa residencia de Star Island cuando le despertó el sonido del timbre a las cinco de la mañana. Era un hombre abandonado después de ser secuestrado por una pareja de delincuentes. Los dos secuestradores acabaron detenidos, pero lo sorprendente para el telefonista del número de emergencias fue la llamada del residente: "Les habla el detective O'Neal. Tengo un 38 frente a mi casa". La cifra 38 no es un revólver, sino el código usado por la policía para referirse a un sospechoso.
Ya era un profesional y jugaba en distintas canchas. Poco antes de comenzar esta temporada, Shaquille llevó definitivamente su demoledor juego a los ladrillos y los rascacielos. Anunció la creación del Grupo O'Neal, una inmobiliaria para organizar sus propiedades, adquiridas durante más de diez años y que incluyen centros comerciales y edificios para alquilar, e invertir en nuevos proyectos. El gran paso lo dio en sociedad con el grupo MDM. Se trata de Met Miami, un complejo de enormes edificios con un presupuesto de 1.000 millones de dólares (759,5 millones de euros). Serán tres torres situadas en la orilla izquierda del río Miami, en el lugar que ocupaba el histórico hotel Royal Palm, demolido: Met 1, para residencias de lujo, con 40 pisos; Met 2, que tendrá un edificio de 47 plantas de oficinas y otro de 40 para un hotel de superlujo; y Met 3, un rascacielos de 76 pisos, el más alto de Miami y de todo el país al sur de Nueva York. En el resto del complejo habrá también casi una ciudad: cines, restaurantes, tiendas y un gimnasio made in Shaquille en funcionamiento las 24 horas del día. Todo forma parte del nuevo gran impulso al centro de la ciudad que se ha querido dar hace tiempo, aunque el boom inmobiliario ha entrado en recesión.
Shaquille anuncia su proyecto levantando la maqueta como un trofeo y dice: "He encontrado mi ciudad". Aunque su principal residencia seguirá siendo Orlando, de donde surgió a la fama con los Magic, el jugador piensa mantener casa en Miami cuando se retire, algo no lejano, pues el próximo 6 de marzo cumplirá los 35 años. Pero también quiere dejar inversiones: "Hemos explorado el país para encontrar el sitio más apropiado al Grupo O'Neal y, al final, decidimos que el mejor lugar para empezar era nuestra propia casa", ha comentado.
El problema es que se trata de uno de los muchos complejos de rascacielos que el paraíso inmobiliario de Miami hace pocos años prometía como un gran negocio. Actualmente, la ciudad está llena de enormes esqueletos y será difícil que la mayoría sobreviva sin batacazos económicos. La burbuja inmobiliaria estadounidense es bien distinta a la española. Será un reto más para O'Neal, pero el gigante parece capaz de ganar cualquier anillo. "A veces me preguntan quién ha sido mi deportista favorito", dice Shaquille; "y esperan que les diga Chamberlain, Russell o Kareem. Pero yo digo Dave Bing porque hizo grandes cosas después del baloncesto". Bing, un gran anotador de los Pistons en los años 70, ha sido uno de los primeros grandes empresarios negros de Estados Unidos. Ni policía ni promotor, sino dueño del Grupo Bing, un emporio metalúrgico en Detroit, el reino del automóvil, además de ser un destacado líder social de la ciudad.
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