"La crispación no hace felices a los ciudadanos y desgarra la sociedad"
La viuda del dirigente socialista Fernando Buesa acudirá hoy en Vitoria al homenaje a su marido y a su escolta, el ertzaina Jorge Díez Elorza, asesinados por ETA hoy hace siete años. Natividad Rodríguez (Vitoria, 1946) pide "autoridad democrática" frente a los violentos y un lehendakari que sea presidente de todos los vascos y busque la unidad para acabar con el terrorismo.
Pregunta. El sábado hay una manifestación de la AVT, con el apoyo del PP, para denunciar la rebaja de la pena a De Juana y contra la política antiterrorista del Gobierno. En la política, ¿vale todo para llegar al poder?
Respuesta. El poder es importante para llevar adelante un proyecto. Y la lucha se hace un poco cainita, se busca destruir al contrario. También desde la oposición se puede hacer un trabajo digno. Pero si optas por 'al Gobierno ni agua', acaba en una lucha encarnizada. Y el ambiente es irrespirable. Insultar al Gobierno, denostar al Poder Judicial o enfrentar a las víctimas pasará factura. La crispación no hace felices a los ciudadanos y desgarra la sociedad.
"Insultar al Gobierno, denostar al Poder Judicial o enfrentar a las víctimas pasará factura"
P. ¿Qué queda del espíritu de Ermua? Su cuñado, Mikel Buesa, presidente del Foro Ermua, no fue al homenaje del martes a Fernando Buesa porque estaba Ibarretxe.
R. Si esa fuera la razón, no habría asistido en otras ocasiones porque Ibarretxe ha ido siempre. Pero no quiero entrar en esa melé. En el espíritu de Ermua estamos muchísimos y no pueden apropiarse ni robar ese espíritu como lo han hecho.
P. Tras el atentado de Barajas, por primera vez los partidos fueron incapaces de denunciar juntos un asesinato de ETA.
R. Lo triste es que las dos víctimas de Barajas, cuyos familiares agradecieron el calor que les dimos el martes en el homenaje en Vitoria, pasaron a quinto plano desde el primer momento. Y Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio eran lo fundamental.
P. ¿La política tiene mucho que hacer aún para lograr la paz?
R. Por supuesto. Ese es el sentido de la política, establecer relaciones con otros, dialogar sobre los problemas, ver lo que nos une y llegar a pactos. Hay que hablar y dialogar, pero eso no quiere decir negociar y ceder al proyecto de los terroristas. Y eso que el Gobierno también ha podido cometer errores.
P. ¿Por ejemplo?
R. El PP tuvo una cercanía con las víctimas que yo no he visto ahora. Tal vez ha faltado información a las víctimas durante el proceso; que no fuera sólo una cuestión de fe.
P. Las víctimas de la AVT gritaban durante el proceso "negociación, en mi nombre no".
R. Se estaba incentivando la insidia de que el Gobierno se rendía a los terroristas. El objetivo de ese lema era deteriorar al Gobierno. Y yo confío en mi Gobierno. El atentado de Barajas indica que no se estaba cediendo a ETA. El PP debe asumir su frustración por haber perdido las elecciones. Otros hemos tenido que asumir cosas peores, como la pérdida de un ser querido para siempre. Y el PP puede recuperar el poder cuando los ciudadanos le voten.
P. ¿Se ha terminado definitivamente con la conspiración del silencio en Euskadi?
R. Se han abierto espacios de libertad. La gente se atreve a decir lo que piensa y es más crítica. Pero falta muchísimo por andar para deslegitimar la violencia.
P. ¿Cree que las políticas del Gobierno vasco sobre las víctimas son algo forzado?
R. Están incómodos. Incomodamos a todo el mundo porque sacamos la mala conciencia. Si eso es en general, no le digo nada en el País Vasco para los nacionalistas. Preferirían no tener que afrontar este tema.
P. ¿Qué echan en falta en esas políticas del Gobierno?
R. Los nacionalistas tienen que hacer autocrítica, ver por qué ha ocurrido todo esto y cuál es su grado de responsabilidad. Ni me basta, ni necesito que me pidan perdón, lo que quiero es que reconozcan sus errores y que los van a modificar. Si no, en el País Vasco seguiremos dando vueltas en este círculo infernal. No es el tiempo aún del perdón o de la reconciliación. Es tiempo de corregir errores y deslegitimar la violencia.
P. ¿Ve usted ese discurso en el lehendakari?
R. Su política es demoledora, porque ha fracturado la sociedad vasca. Cuando mataron a mi marido, mi hijo le pidió que fuéramos juntos en la manifestación, y el lehendakari le dijo que no. Y luego vino el plan Ibarretxe y sus declaraciones siempre nos llevan a lo mismo, a su proyecto político. Yo le pido que no mezcle las cosas y, sobre todo, que deslegitime la violencia. Aquí se ha inculcado tal odio al otro, a España, que han legitimado una respuesta violenta. El discurso de Imaz y de otros nacionalistas que han evolucionado muestra que se han dado cuenta de que ese no es el camino. Queremos que lo que ha pasado no se olvide, que se sepa la verdad y que haya justicia. Entonces seremos generosos.
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