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Juicio por el mayor atentado en España

El Chino ocultó a su primo un objeto "con cables" en la finca de Chinchón

Hamid Ahmidan vio cómo su primo Jamal, más conocido como El Chino, y otros dos compinches manejaban en la finca de Chinchón "un objeto cilíndrico con unos cables" que ocultaron rápidamente cuando él entró en el salón de la casucha. No sabía qué era, aunque se supone que era un detonador, ni tampoco sabía qué manejos tenía en la casa su primo, que llegó a vetarle la entrada en varias ocasiones. Uno de esos días en que no le permitió entrar, a finales de febrero, vio dentro de la finca un Toyota Corolla que jamás había visto antes y que supuestamente fue el coche que le prestó a El Chino José Emilio Suárez Trashorras para bajar la Goma 2 ECO desde Asturias a Madrid.

Hamid vivía en la casa de otro de sus primos, Hicham, en la avenida del Cerro de los Ángeles, donde la policía encontró una gran partida de pastillas de éxtasis y hachís. Sin embargo, él aseguró que no tenía idea de que en esa vivienda hubiera drogas, y menos que estuvieran en su habitación.

El hombre confesó que estaba en paro y que su primo Jamal accedió a que trabajase de albañil en la finca de Chinchón. El primer día que fue a darle al palustre lo llevó a la casucha Abdenabi Konjaa, uno de los siete suicidas de Leganés. Un día, no recordaba bien si a finales de febrero o primeros de marzo, bajó de la habitación de arriba para coger una botella de agua en el salón. Fue entonces cuando vio cómo su primo, Konjaa y Asrih Rifaat Anouar -todos muertos en Leganés- manejaban el objeto cilíndrico con cables y lo ocultaban cuando él llegó. No dijo nada. "Cogí la botella de agua y me fui".

Los cuatro de siempre

En la casa, según contó, estaban los cuatro de siempre, es decir, los suicidas y Otman. Estuvo trabajando en la finca hasta que El Chino empezó a vetarle la entrada a la casa. Una de esas veces fue cuando estaban en la casa el Toyota Corolla y el Golf supuestamente utilizados para el transporte de explosivos. Lo que nunca vio dentro fue la famosa Renault Kangoo.

Hamid volvió a la vivienda cuatro o cinco veces después de los atentados, pero los cuatro de siempre ya no estaban. De esas visitas, en sólo dos de ellas vio dentro a Jamal, pero solo. Dentro de la finca nunca vio armas ni explosivos, ni escuchó detonaciones o explosiones. Lo que sí vio es que la Guardia Civil estaba siempre "a unos 20 o 25 metros" del camino de entrada de la finca. En esa zona, junto a un peligroso cruce, efectivamente, suele estar la Guardia Civil de Tráfico. No obstante, aclaró que desde fuera no puede verse qué pasa dentro de la parcela, porque la valla está recubierta de tela verde de arpillera.

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