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Reportaje:

Un futbolista sin patria

Toto Tamuz, que ha jugado con Israel sin tener pasaporte, se declara en rebeldía hasta conseguirlo

El jugador más prometedor de la selección israelí no es israelí. Es negro, de origen nigeriano y se acaba de declarar en huelga porque el Estado de Israel le niega la nacionalidad. Toto Tamuz tiene 19 años, juega en el Beitar de Jerusalén y es el máximo goleador de la Liga hebrea, con 10 tantos. Con la selección ha jugado tres partidos y ha marcado un gol. Pero Tamuz se ha plantado. No volverá a jugar con Israel hasta que el Gobierno le conceda el pasaporte que ponga fin a una larga batalla burocrática, hasta el momento infructuosa.

Tamuz es hijo de inmigrantes ilegales. Nació en Nigeria y llegó a Israel con dos años cuando su padre, Clement Temile, futbolista nigeriano, fichó por el Beitar de Netanya. Pero el equipo quebró y los padres de Tamuz tuvieron que trabajar de forma ilegal para poder subsistir. Tras años de penurias, dejaron el país y a su hijo, que fue acogido por una vecina, Irit Tamuz, una mujer israelí que le crió, le educó y le dio su apellido. Sin embargo, los trámites de la adopción nunca llegaron a formalizarse. Toto seguía siendo un inmigrante ilegal, aunque el niño creció aprendiendo la cultura y la religión judías, y perdió el contacto con sus padres biológicos, de los que reniega desde entonces.

El crío llevaba el fútbol en los genes y pronto destacó con un balón en los pies. No tardaría en dar el salto a la Primera División. Lo hizo a los 17 años, con el Hapoel de Petah Tikva. Entretanto, el Gobierno de Israel le concedía un permiso de residencia en diciembre de 2005 que le permitía cumplir con la normativa de la FIFA y jugar con la selección, convirtiéndose en la estrella de los combinados nacionales sub 19 y sub 21. Pero el pasaporte no llegaba y el joven se quejaba: "Sólo quiero obtener la nacionalidad. Que se me reconozca como a uno más, porque llevo a Israel en mi corazón".

En septiembre, Tamuz fichó por el Beitar de Jerusalén, actual líder de la Liga, y debutó con la selección absoluta marcando un gol a Andorra. Ahora el jugador espera que todo se solucione antes del partido de clasificación para la Eurocopa que enfrentará a Israel con Inglaterra el 24 de marzo. "Sería un sueño jugar contra las estrellas de la Premier", dijo.

Sin embargo, Tamuz sigue siendo un apátrida. El Ministerio del Interior Israelí ha denegado su solicitud alegando que "el hecho de que se trate de un futbolista que juega con la selección nacional no le confiere privilegios a la hora de obtener la ciudadanía". La portavoz del ministerio, Sabine Hadad, ha tranquilizado los ánimos, asegurando que Tamuz "en ningún caso será deportado". Fuentes israelíes señalan que el Gobierno es reacio a reconocerle el estatus de ciudadano pleno porque teme sentar un precedente peligroso en un país que cuenta con miles de inmigrantes ilegales de origen africano. El chico, por su parte, está tan comprometido con la causa que hasta desea hacer el servicio militar, que en Israel es obligatorio y dura tres años: "Fue la primera vez que me sentí discriminado. Vi cómo a mis amigos les llamaban a filas y yo quiero alistarme en el ejército y poder defender a mi país".

Tamuz ha llevado su caso ante la justicia. El Tribunal Superior de Israel deberá pronunciarse, previsiblemente en dos semanas, pero hasta que se emita el fallo el jugador ha decidido no volver a vestir la camiseta de la selección y ya ha comenzado su huelga: se negó a jugar el amistoso del pasado día 7 de febrero frente a Ucrania.

Toto Tamuz.
Toto Tamuz.NIR KEIDAR

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