Población, crecimiento y calidad de vida
Según el Balance económico regional 2000-2005, publicado por la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), y del que la prensa se hizo eco a mediados de enero, se puede comprobar que en el índice de convergencia provincial con la Unión Europea hay provincias como Soria (109), Palencia (103), Valladolid (111), Burgos (110), Huesca (104) y Teruel (103) que se sitúan ya por encima del índice 100 de convergencia con Europa, mientras que otras pertenecientes a zonas de España mucho más pobladas como Andalucía y Levante no llegan aún a dicho índice, lo que no deja de sorprender a pesar del ladrillo y los campos de golf.
Quizá el modelo de desarrollo racional y sostenible termine dando la razón a las primeras y cuestionando el modelo de crecimiento a base de cemento y aumento descontrolado de población de las últimas. Es posible que desaparezcan aún más pueblos de Castilla, de León, y de otras regiones, y que la población que quede se concentre en las ciudades más importantes de estas zonas y en algunos pueblos, pero quizá al final se logre un equilibrio entre población y actividad económica mucho más saludable que el de la explotación del territorio y de los recursos básicos como el agua que se está siguiendo en las costas. Quizá el interior de España termine por ser el refugio de los que prefieren espacio, tranquilidad, medio ambiente saludable -no hay más que viajar por las comarcas de pinares de Soria, Burgos, Segovia o por parajes similares de León y de Aragón para apreciar estos valores- y, en definitiva, calidad, aunque sólo sea los fines de semana, los puentes y las vacaciones, o cuando llegue la jubilación. ¿Populare o morire o populare et morire? En el medio estará la virtud.
