"Mi sobrino Mohamed me acusó porque tenía miedo por su familia"
Youssef Belhadj, considerado por la fiscalía como Abu Dujanah Al Afgani, el portavoz de Al Qaeda en Europa en cuyo nombre se reivindicaron los atentados de Madrid, negó ayer ser dirigente de la organización liderada por Bin Laden y haber dicho a su sobrino Mohamed Moussaten, hijo de su hermana Safia, que le parecía poco lo que había pasado en los atentados de los trenes. Belhadj negó rotundamente: "No es cierto".
Su letrado, Francisco Javier Andújar, le preguntó: ¿Cómo se explica que su sobrino haya dicho eso?
"Hay muchas causas", respondió Belhadj. "Él, su hermano, su padre y su madre estaban detenidos. Llevaba cuatro días sin dormir, les han pegado e insultado. Yo en su caso, a lo mejor hubiera dicho lo mismo o más".
"Es decir, que dijo eso, por miedo", remachó el letrado.
El presidente le corrigió por entender que no se trataba de una pregunta sino de una conclusión de la defensa, pero Belhadj dijo que sí, que tenía miedo por su familia.
"¿Le dijo a Mohamed que los atentados de Madrid le parecían poco?", inquirió de nuevo el letrado.
"No es cierto", respondió rotundo. "Al contrario, yo condeno estos atentados y todos los atentados que han ocurrido en el mundo. Yo estoy en contra de cualquier forma de violencia".
Pero Belhadj vivía en Bélgica, en la plaza de la Duchesse du Brabant, en Molenbeek, y una de las acusaciones que pesan contra él es el haber ayudado a huir a algunos de los autores materiales de los atentados, como Mohamed Afalah, Abdelmajid Bouchar y Mohamed Belhadj. El acusado no supo explicar cómo desde su móvil tuvo tráfico de llamadas con los teléfonos de los dos primeros, pero sobre todo no pudo dar ninguna explicación racional de por qué Afalah, el 5 de abril de 2004, es decir, dos días después del suicidio de siete de sus compañeros de comando en la calle Carmen Martín Gaite de Leganés, hacía una llamada telefónica a su hermano Ibrahim, que estaba en Madrid, desde una cabina pública situada precisamente en la plaza de la Duchesse de Brabant, de Molenbeek.
En la llamada, intervenida por la policía con autorización judicial, Afalah pedía a su hermano que solicitase a los sobrinos de Belhadj los teléfonos de éste.
Youssef Belhadj rechazó que sea un radical islámico -"Soy un musulmán normal"-, portavoz de un grupo terrorista o que haya estado en un campo de entrenamiento en Afganistán.
Igualmente negó ser la persona que aparece en el vídeo de reivindicación de los atentados o haber participado en su redacción. Pero su palabra, frente a las pruebas, no tiene demasiada fuerza.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.