Los rectores de Alicante y Elche caminan juntos

Los rectores de Alicante, Ignacio Jiménez Raneda, y el de la Miguel Hernández de Elche, Jesús Rodríguez Marín, firmarán hoy sendos convenios históricos, uno marco y otro específico en investigación, que restablecerá las relaciones entre las dos universidades de la provincia. El acuerdo llega tras diez años de desencuentros que surgieron a raíz de la segregación forzosa de facultades y titulaciones que decretó el gobierno de Eduardo Zaplana para crear la universidad de Elche. Ahora los actores políticos y académicos han cambiado. Los dos rectores han contestado por escrito al cuestionario de EL PAÍS. Para el rector de Alicante este convenio "permitirá desarrollar diferentes acuerdos particulares de colaboración que serán mutuamente ventajosos" y para el de Elche "servirá de estímulo para futuras acciones que profundicen nuestra relación".

"El parque de Elche no es milagroso, pero con él salir de la crisis será un poco más fácil"

"Acometer infraestructuras no debe analizarse en términos territoriales"

Pregunta. ¿Qué interés tienen ahora por colaborar?

Raneda. Pensamos que es posible obtener ventajas mutuas, si colaboramos con otras universidades es natural que las dos universidades colaboren, más aún si tenemos presente nuestra proximidad geográfica.

Marín. Somos universidades diferentes, complementarias en algunos temas. La diversidad constituye en este caso, al igual que en la naturaleza, una de las mejores estrategias de adaptación y de progreso, por lo que estoy convencido de que la colaboración potenciará nuestras posibilidades.

P. La firma de este acuerdo cierra diez años de relaciones casi congeladas...

R. Han existido acuerdos en distintos ámbitos anteriormente, por lo que no se puede afirmar que las relaciones hayan estado congeladas. Las dos universidades, con mayor o menor intensidad, han participado durante todo este tiempo en algunos proyectos.

M. En absoluto, durante estos diez años hemos realizado muchas acciones conjuntas, en un buen clima de cooperación.

P. Cómo han acogido sus respectivas comunidades, esta nueva etapa, ¿con ilusión, indiferencia o con alivio?

R. Con naturalidad. De la misma manera con que se acogen el resto de los acuerdos de colaboración que suscribe la Universidad de Alicante.

M. La comunidad universitaria de la UMH [Universidad Miguel Hernández de Elche], que es muy dinámica y emprendedora, siempre está ilusionada con todas aquellas acciones que permitan el desarrollo de nuestras posibilidades, en las líneas que siempre nos han diferenciado. Estoy seguro de que también ahora ve con satisfacción la firma de este convenio.

P. Las dos infraestructuras singulares del Ministerio y del Consell se quedan en Valencia (una el centro física médica en la Universitat de València y la otra el túnel de la politécnica para el estudio de huracanes) Alicante se queda al margen ¿cómo valoran esta situación?

R. Con preocupación. Sin duda, la pertinencia de acometer infraestructuras singulares no debe analizarse en términos territoriales, sino en función de la evaluación de cada uno de los diferentes proyectos. Es poco verosímil que la evaluación de las diferentes infraestructuras singulares conduzca a que ninguna de ellas se pueda ubicar en Alicante. Sería deseable que pudiéramos conocer los informes de evaluación que han recibido.

M. Esperamos que actuaciones tan singulares como esas se produzcan igualmente en el ámbito de nuestras universidades, porque con ello se contribuirá a conseguir el necesario equilibrio vertebrador de nuestra comunidad. En esto, como en muchas otras cosas, descentralizar y potenciar territorios diferentes siempre funciona mejor.

P. Los parques científicos requieren la participación y colaboración de los agentes sociales, ¿qué respuesta han recibido hasta ahora de los empresarios en zonas azotadas por la crisis industrial?

R. El Parque Científico de Alicante está teniendo una gran receptividad dentro del mundo empresarial. Por un lado, el Parque Científico puede acoger proyectos de desarrollo empresarial con alto contenido tecnológico que sean evaluados favorablemente. Por otro lado, nuestro parque puede acoger proyectos nuevos de empresas ya existentes -siempre con importante contenido tecnológico- cuya viabilidad sea más factible en el ambiente del parque. Y, finalmente, el Parque Científico de Alicante ha creado la figura de la asociación, mediante la cual las empresas que se asocien pueden beneficiarse de todos los servicios que presta. En todo caso, la función de un parque científico consiste en apoyar todos los proyectos empresariales tecnológicamente avanzados que comporten un alto valor añadido.

M. El diseño de nuestro Parque ha contemplado desde su creación y puesta en marcha la participación de agentes sociales y económicos, y ha manifestado su vocación de colaborar estrechamente con ellos, para encontrar soluciones. Estoy convencido de que la existencia del Parque Científico y Empresarial de la UMH contribuirá a la renovación de amplios sectores productivos del entorno. Nuestro parque no es una solución milagrosa a todos los problemas del sector socioeconómico, pero con él la solución de éstos resultará más fácil.

P. En Cataluña con el descenso del número de alumnos se plantean compartir campus. Ese modelo se podría trasladar aquí.

R. No se deben extrapolar a otros entornos decisiones que hayan podido tomarse en otros contextos. El acierto en la toma de decisiones sólo es posible cuando se analiza con rigor cada caso. Las soluciones preconcebidas serán siempre erróneas.

M. Nuestro modelo siempre ha primado la atención a la calidad más que a la cantidad. En eso nos hemos querido diferenciar, y pensamos que lo hemos conseguido. Las circunstancias actuales favorecen una filosofía de atención más personalizada, que también es acorde con las pautas de incorporación al Espacio Europeo de Educación Superior, y que nos permiten profundizar en esas características más diferenciales, que son las que nos facilitan conseguir, entre otros ejemplos, el mantenimiento del pleno empleo de nuestros egresados. Por tanto, al margen de modelos que otras universidades hayan puesto en marcha, desde la Miguel Hernández debemos rentabilizar al máximo nuestros factores de éxito, en un modelo cuya singularidad ha sido reconocida y acreditada, hasta el extremo de que ya empieza a ser imitado como referente.