500 bomberos protestan en Santiago contra la privatización del servicio de emergencias
Los agentes reclaman que la Ley de Emergencias los convierta en fuerzas de la autoridad
Medio millarde bomberos gallegos se manifestaron ayer en Santiago contra la privatización del servicio de emergencias. Los tres sindicatos, UGT, Comisiones Obreras y CIG, reclamaron al conselleiro de Presidencia, José Luis Méndez Romeu, cambios en la Ley de Emergencias que se tramita en el Parlamento Gallego para convertir a los bomberos en agentes de autoridad dependientes de las administraciones públicas. La Plataforma de Bomberos recuerda que Galicia es la única comunidad que ha privatizado el servicio y reconocen la falta de coordinación entre los distintos cuerpos.
"No se nos puede pagar 800 euros al mes por jugarnos la vida", dice un joven agente
"Fíjate, estamos todos, los privados, los públicos y las cuadrillas de la Xunta, como en los incendios del verano, pero más coordinados", avisa un cabo de bomberos, con una pegatina de UGT, que se niega a aparecer identificado en el periódico: "Pon Alberto, del parque de Ferrol; total aquí todos somos uno".
A simple vista, ataviados con sus cascos amarillos y rojos, sus monos azules y sus botas negras, los 500 bomberos que ayer se manifestaron por las calles de Santiago parecían efectivamente un único cuerpo. Pero detrás de las pancartas caminaron cinco organizaciones de bomberos distintas, dependientes de otras tantas administraciones.
Todas levantadas contra un proyecto de Ley de Emergencias que amenaza sus condiciones laborales y también su orgullo de bomberos. "En 35 folios ni siquiera menciona la palabra bombero, y somos la columna vertebral en las urgencias". La consigna la repitieron los agentes municipales, los de AENA, los de los parques privados y el personal laboral de la Xunta.
A la cabeza de la marcha, cargando con la campana que anuncia urgencias en el parque de Vigo, andaban Carlos y Miguel, enfadados: "Que privaticen la consellería o trabajen ellos por 800 euros; cuando nos partimos el pecho en el monte éramos bomberos y ahora no lo somos, que no nos pidan esfuerzos en verano, que vaya a apagar Méndez Romeu".
A la altura del Parlamento, los manifestantes se frenaron y empezaron a lanzar botes de humo naranja y petardos por encima de la verja. Los gritos subieron de tono con insultos al Conselleiro de Presidencia y al Gobierno bipartito. Óscar, bombero en Arteixo contratado por la empresa Veycar, razonaba: "No se nos puede pedir que nos juguemos la vida por 700 euros, y lo estamos haciendo, sin medios y con guardias de tres personas, cuando los protocolos exigen al menos cinco para actuar en caso de incendio".
Esa reivindicación, la salarial fue la principal protesta de los bomberos de las catorce parques privados - que cobran entre 700 y 1.000 euros mensuales por trabajar 1.800 horas al año, noches y domingos incluidos-.
Vicente Ferrería, bombero funcionario del ayuntamiento de Pontevedra, cobra aproximadamente 1.600 euros por realizar el mismo trabajo, pero también tiene exigencias que hacer al conselleiro: "Queremos que se nos otorgue la categoría de agentes de autoridad porque eso es lo que somos cuando acudimos a inundaciones, incendios o accidentes de tráfico".
Por detrás del grupo de bomberos de Pontevedra, con monos amarillos, los únicos uniformes distintos de la manifestación, avanza el personal laboral de la Consellería de Medio Rural. "¿Qué distingue a un agente de la Xunta de un bombero de los otros? Que nosotros llevamos trajes no ignífugos con una capa de protección que se va a los dos lavados, responde Benxamín Vences, de Comisiones Obreras.
Entre bengalas y gritos de "más bomberos y menos conselleiros", la manifestación llegó a la Plaza de Galicia, donde los portavoces de la Plataforma leyeron el manifiesto final: "Se nos niega el nombre a quienes somos el verdadero soporte de Protección Civil, exigimos que se redacte un estatuto del bombero", concluyó José Vázquez, secretario del Area Pública de UGT.
Casi a la misma hora, el conselleiro de Presidencia, José Luis Méndez Romeu, invitaba a los manifestantes a sumarse a un "proceso que va a ser complicado pero necesario". Méndez Romeu defendió la ley que "va a definir un marco novedoso basado en una estructura provincial", pero eludió explicar si la Xunta va a modificar la privatización de los bomberos iniciada por el Ejecutivo anterior, tal y como habían prometido el PSdeG y el Bloque en sus programas electorales.
Ajenos a la propuesta del conselleiro, los dos bomberos que hicieron sonar durante toda la marcha la vieja sirena de un camión abandonado empaquetaban sus bártulos y sus conclusiones: "Vamos a acabar como en EEUU; con empresas compitiendo por apagar los incendios, o acudir a inundaciones, bonita manera de entender el servicio público", se lamentaron.
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