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Crónica:Fútbol | 22ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Deportivo pesca en la confusión

El limitado conjunto de Caparrós consigue, a costa de un Villarreal indefinido, su primera victoria fuera

Los nuevos del Deportivo no sabían qué era volver a casa tras un partido lejos de Riazor con la alegría de una victoria. Hasta ayer, que se encontraron a un Villarreal indefinido y confuso que le facilitó la faena. El equipo de Pellegrini ya sabe a qué atenerse en el presente. A día de hoy, es uno más, con sus cositas, con alguna que otra individualidad, sin nada que le signifique o le destaque entre la multitud y al que le va a costar remar mucho para alcanzar objetivos menos nobles que en el pasado reciente.

Las distancias se han acortado en escaso tiempo. Hasta hace poco, comparar al Villarreal y el Deportivo sería buscar similitudes entre arte y ciencia. En los cinco meses de campeonato, los equipos que dirigen Pellegrini y Caparrós andan parejos en la clasificación y el estilo de ambos, estéticamente hablando, no resulta tan distante. Sin Riquelme, pese a quien le pese, el Villarreal se ha vulgarizado. Ha ganado dinamismo, pero ha perdido la pausa y la precisión que le han caracterizado en las últimas temporadas a pesar de los intentos de Cani, al que no le sale nada, o de Mati Fernández, que se pierde en ocasiones en tentativas románticas, vacías de contenido.

VILLARREAL 0 - DEPORTIVO 2

Villarreal: Barbosa; Josemi, Fuentes, Cygan, José Enrique; Senna, Josico (Tomasson, m. 46); Cani, Mati Fernández (Guille Franco, m. 68), Marcos (José Mari, m. 75); y Forlán. No utilizados: Nico; Quique Álvarez, Javi Venta y Tacchinardi.

Deportivo: Aouate; Manuel Pablo (Barragán, m. 84), Lopo, Andrade, Capdevila; Estoyanoff (Verdú, m. 61), Sergio, De Guzmán, Cristian; Riki (Taborda, m. 49) y Arizmendi. No utilizados: Munúa; Juanma, Filipe, Juan Rodríguez y Pablo Álvarez.

Goles: 0-1. M. 19. Falta que lanza Sergio y desvía Senna hacia su portería. 0-2. M. 78. Verdú, en un disparo desde media distancia.

Árbitro: Medina Cantalejo. Amonestó a De Guzmán, Cygan, Cristian y Josemi.

Unos 17.000 espectadores en El Madrigal.

Los amarillos han ganado sin Riquelme dinamismo, pero han perdido la pausa y la precisión

El Deportivo no ha perdido su identidad, la que ha implantado Caparrós. Resulta reconocible. Su lenguaje es sencillo: esfuerzo, presión, sin apenas transición en su juego. Robar el esférico y lanzarlo rápido a sus puntas es la consigna básica. Riki y Arizmendi facilitan la labor a los centrocampistas, que no tienen que resultar unos virtuosos del balón. Antes de que lleguen los problemas, los dos delanteros, fuertes y rápidos, tienen que ganar la posición a los defensas, abrirse huecos, retener el balón, esperar la llegada de los jugadores de segunda línea y, si les queda fuerza y ánimos, intentar marcar algún gol. Con un poco de fondo físico, rigor táctico y algo de destreza, ser centrocampista en el Depor de Caparrós no parece una labor enigmática gracias al trabajo de Riki y Arizmendi.

Sacar rendimiento de los escasos recursos es el paradigma a resolver para cualquier entrenador. El Deportivo, con el freno de mano en la caja, tiene que exprimir lo que tiene. En acciones rápidas por la banda derecha había asomado el morro el conjunto gallego. Sin embargo, en las acciones a balón parado, los ojos de Caparrós brillan de alegría. La envergadura de sus delanteros y defensas centrales invita a colgar balones desde donde sea. En una de éstas, Sergio, lanzó al epicentro del área del Villarreal a ver qué pasaba. Y pasó que peinó ligeramente Senna el esférico y se introdujo en la portería defendida por Barbosa. Estos goles también cuentan.

A Pellegrini nadie le puede tildar de conservador. Su mensaje siempre tiene connotaciones atacantes. Aunque sea con vistas a la galería, en cuanto se tuercen las cosas, suma efectivos por delante del balón. Entró Tomasson y después Guille Franco y José Mari, este último a petición popular, y el Villarreal se partió en dos. Unos defendían y otros atacaban. Con escaso acierto. Mientras tanto, el Deportivo siguió a lo suyo.

Forlán pugna con Manuel Pablo.
Forlán pugna con Manuel Pablo.ÁNGEL SÁNCHEZ

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