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Una muestra reúne en Sevilla los comienzos del arte cinético

Margot Molina

El movimiento, real o fruto de una ilusión óptica, es el alma del arte cinético, una corriente que nació en París en 1955 y perduró hasta 1975, aunque esta estética salió de los museos y las galerías de arte para conquistar la publicidad, el diseño, la arquitectura y hasta el mundo de la moda. Los grandes nombres de los precursores de este arte forman parte de la exposición La utopía cinética, que puede verse en Sevilla, en las salas Chicarreros e Imagen de Caja San Fernando hasta el próximo 25 de marzo.

Las obras de Victor Vasarely, Jesús Soto, Jean Tinguely, Marcel Duchamp y Yaacov Agam -algunos de los artistas que expusieron en la famosa muestra Le mouvement en la galería Denis René de París en 1955- se suman a otras de creadores españoles como las del colectivo cordobés Equipo 57 y el guadalajareño Francisco Sobrino.

En total se exhiben 57 obras entre las dos salas, algunas de ellas espacios en los que el espectador puede entrar y otras esculturas que puede tocar. "Cinético viene del griego movimiento, motor. Pero como nada nace de la nada, este arte del movimiento tiene antecedentes en los juegos ópticos para niños de mediados del siglo XIX en las que las imágenes parecían moverse", comenta Emmanuel Guigon, director de Museos de Estrasburgo y comisario de la exposición.

'El espectador autor'

La exposición, que se inauguró en Estrasburgo y ha pasado por Palma de Mallorca, terminará en Sevilla; ya que la mayoría de las obras pertenecen a la galería Denis René y a museos. "Ellos querían que el arte llegara a todos los espacios de la vida cotidiana; querían que el espectador se convirtiese también en autor, por eso era una utopía", asegura el comisario.

Junto a las piezas geométricas que se mueve, vibran o cambian de color, el espectador podrá ver dos curiosas películas. Entre ellas destacan una cinta de 15 minutos de la inauguración de la exposición de 1955 en París y otra, realizada en 1966 por Brian de Palma, sobre la muestra The responsive eye que realizó el Moma de Nueva York y que recogía el eco americano del arte cinético: el op art. "La película del entonces joven Brian de Palma es muy divertida porque recoge los comentarios de los asistentes. Frases como: Esto es una fábrica de lavados de cerebro", explica Guigon, quien adelanta actualmente que existe un fenómeno de revisión del arte cinético con grandes exposiciones en Alemania, Suiza y, dentro de pocos meses, la que organizará en Centro de Arte Reina Sofía de Madrid.

"Hay muchos métodos para crear la ilusión del movimiento, pero lo más importante es que todos requieren que el espectador se implique", concluye el comisario.

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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