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El PP afronta las elecciones autonómicas como unas primarias de las generales

Los barones apelan a la unidad de España y Rajoy dice que "urge" la victoria de su partido

Carlos E. Cué

Mariano Rajoy, derrotado en las urnas en 2004, y con cuatro malos resultados electorales desde entonces -en las europeas, en el País Vasco, en Galicia y en Cataluña-, tiene ganas de volver a las urnas. Ayer, tanto él como los 13 candidatos autonómicos que participaron en un acto en Madrid dejaron claras tres cosas: que el PP está unido y animado para enfrentarse a una larguísima campaña electoral que culminará el 27 de mayo, que convierte estos comicios autonómicos en "primarias" para las generales, y por último, que el asunto central será la unidad de España.

En tono dramático, Rajoy dio ayer el pistoletazo de salida definitivo a una campaña en la que él ya se ha situado prácticamente desde el verano de 2006, cuando comenzó una serie de conferencias programáticas: "la sociedad española necesita nuestra victoria. Tenemos que demostrar a los españoles que pueden confiar en nosotros. Porque hay salida para esta situación. Deben saber que hay una alternativa de centro, liberal, basada en la prudencia, la moderación y la sensatez. Queremos un país normal. ¡Urge!".

Rajoy está lanzado. Y no piensa parar. Su agenda es frenética y está centrada sólo en una cosa: mítines, mítines y más mítines por toda España -hoy mismo estará en Ciudad Real en un acto de apoyo al vino-. Está en campaña y no lo oculta.

Sin embargo, el de ayer no era un acto cualquiera. El aparato había preparado un encuentro multitudinario en el Palacio de Congresos del Paseo de la Castellana, en Madrid, con una clara voluntad: demostrar la unidad en torno al líder, hasta hace poco cuestionado internamente por unos por su blandura y por otros por sus exabruptos.

Sólo faltaron dos presidentes autonómicos, el de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, y el de Baleares, Jaume Matas, que enviaron unos vídeos. Cada candidato habló un poco de lo suyo -el de La Rioja del vino, el de Extremadura de los tomates, el de Canarias de la inmigración- pero todos coincidieron en algunas cosas. Lo dijo con todas las letras Gustavo Alcalde, de Aragón: "Estas elecciones son importantes para los españoles, se han convertido en unas primarias para que podamos por fin dormir tranquilos".

Todos los barones y Rajoy demostraron que el PP confía en estas elecciones para demostrar que la derrota del 14 de marzo de 2004 no fue para ellos más que un paréntesis, un accidente a olvidar cuanto antes. Esperanza Aguirre, presidenta de Madrid, abundó en la idea: "Las elecciones van a ser trascendentales. Los ciudadanos tienen ganas de hablar. Ahí están las manifestaciones para demostrarlo. Serán el primer paso para llevar a Rajoy a La Moncloa".

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Esta idea, repetida por todos, dejó paso a otra que los militantes recibían aún con más entusiasmo: la de que el PP es el único que puede garantizar la cohesión y la unidad de España. A pesar de que este partido ha pactado con el PSOE la reforma de varios estatutos de autonomía, los barones dejaron claro que la unidad de España será uno de los ejes de la campaña electoral. El terrorismo, relacionado para el PP también con la unidad de España, desapareció ayer de los discursos, aunque todo indica que volverá.

Cada vez que se pronunciaba la palabra España, el público vibraba. Nadie renunció al aplauso fácil. "Queremos a Ceuta en el seno común de una España unida", dijo su presidente, Juan Vivas. "Tienen que gobernar los que quieren a España, los del PP", sentenció el asturiano Ovidio Sánchez. "En Cantabria se conjugan el orgullo de ser españoles con una identidad propia bien identificada", sentenció el cántabro Juan Ignacio Diego. "Defendemos un proyecto común que se llama España", insistió el valenciano Francisco Camps. "Necesitamos un proyecto sólido, una nacion plural, no una nación de naciones", subrayó el murciano Valcárcel.

Rajoy, sin embargo, quiso dejar claro que ese entusiasmo por la España unida es compatible con el autonomismo: "El Estado de las autonomías ha sido un acierto, si no existiera habría que inventarlo". Ahí los aplausos fueron menos entusiastas, e incluso se escuchó algún rumor en la tribuna. "Yo no estoy de acuerdo con eso", comentaba un matrimonio entre el público.

Los asuntos polémicos quedaron apartados. Los escándalos de corrupción que acechan al PP canario y balear no aparecieron ni por asomo en los discursos de los barones de esas comunidades. Y el agua, una polémica que divide al PP tanto como al PSOE, sólo fue mencionada para criticar al Gobierno central. En campaña los debates internos no son bienvenidos.

Los candidatos del PP. De pie: Imbroda (Melilla), Vivas (Ceuta), Soria (Canarias), Camps (Comunidad Valenciana), Diego (Cantabria), Sanz (La Rioja), Herrera (Castilla y León). Agachados: Sánchez (Asturias), Cospedal (Castilla-La Mancha), Rajoy, Floriano (Extremadura), Aguirre (Madrid) y Alcalde (Aragón).
Los candidatos del PP. De pie: Imbroda (Melilla), Vivas (Ceuta), Soria (Canarias), Camps (Comunidad Valenciana), Diego (Cantabria), Sanz (La Rioja), Herrera (Castilla y León). Agachados: Sánchez (Asturias), Cospedal (Castilla-La Mancha), Rajoy, Floriano (Extremadura), Aguirre (Madrid) y Alcalde (Aragón).ULY MARTÍN

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