Los cinco "mandamientos"
"Yo os mando cinco cosas: que os agrupéis, escuchéis, obedezcáis. emigréis y hagáis la yihad por Alá... La mejor forma de ayudar a hacer daño a los infieles y producirles aflicción y pesar es asociarnos a nuestros hermanos de Tanzim Qaidat Al Yihad... Prometemos fidelidad al cheij Abu Abd Allah Osama Bin Laden. Cerramos el trato con un apretón de manos y le ofrecemos el fruto de nuestros corazones... Para golpear por Alá a quien él desee y cuando quiera".
Entrega total y expansión internacional son las conclusiones que los analistas antiterroristas españoles han sacado de la lectura del comunicado del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC), escisión del Grupo Islámico Armado (GIA), en el que anunció el pasado mes de septiembre su alianza con Al Qaeda. Hasta entonces, Bin Laden mantenía relaciones con este grupo, al que en los años noventa cedió campos de entrenamiento en Afganistán, pero no existía vasallaje ni obediencia ciega como ahora. "Han encontrado una nueva voz, una bandera de enganche, no sólo operativa".
Las constantes llamadas a la unión que hace en la declaración Abu Musab Abde I Wadud, emir del GSPC, permiten suponer a los expertos que a este movimiento se sumaran otros. "Es posible que se produzca la adhesión de grupos minoritarios y su integración en las filas de los argelinos", señala un responsable de la lucha antiterrorista. "Tanzim Qaidat Al Yihad [Al Qaeda] es la única organización con capacidad para reunir a los diferentes grupos, de representar a la Umma (comunidad) islámica y de hablar en su nombre. Este es un favor que les ha sido concedido por Allah", reza el comunicado de los salafistas.
"Con esta unión, el GSPC anuncia al mundo que se ha convertido en la pata de la yihad internacional en el norte de África", apunta un analista de los servicios de inteligencia.
Los observadores destacan que el emir del GSPC llama a los musulmanes de todo el mundo, "no de un país concreto", y pronostican que su petición "será recogida ampliamente en el norte de África", en países desde los que se han desplazado grandes contingentes de personas a Europa.
Y a los muyahidin, el emir argelino les pide no sólo el sacrificio de sus vidas, sino el proselitismo: "Por el hecho de ser considerados la élite y flor y nata de la Umma recae en vosotros la gran responsabilidad de construir el monumento del califato que perseguimos, de lograr la unión y trasladarla a las demás capas de la sociedad".
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