David Rattray, historiador
Era un experto en la guerra anglo-zulú
El historiador David Rattray (Johannesburgo, 1958), experto en la guerra anglo-zulú, falleció el 26 de enero, al recibir tres impactos de bala cuando intentaba evitar que un grupo de seis personas robaran en la casa de huéspedes de lujo que regentaba, en las inmediaciones de Dundee KwaZulu-Natal (Suráfrica).
Se le denominó "el Laurence Olivier del campo de batalla" por la entusiasta manera en la que narraba la terrible contienda de Isandlwana, la mayor derrota del Imperio Británico a manos de un ejército indígena armado sólo con lanzas. Rattray era una de las autoridades en la guerra que enfrentó a británicos y zulúes en Suráfrica en 1879, un enamorado de la cultura e idioma zulúes, un apasionado conferenciante y orador, y un icono en el sector turístico surafricano.
Nació en Johanesburgo en 1958 y fueron las vacaciones de infancia en la finca familiar de KwaZulu-Natal las que marcarían su futuro: cada verano, acompañado de su padre, recorría los campos de la batalla y escuchaba de los viejos zulúes las historias sobre la guerra. Rattray incorporaría posteriormente sus maneras y palabras, en impecable zulú, a su oratoria.
Estudió entomología en Pietermaritzburg (Natal) y trabajó en una reserva de animales salvajes hasta establecerse en 1989 con su mujer, Nicky, en la propiedad familiar cerca de la montaña de Isandlwana.
La batalla del 22 de enero de 1879 asombraría al mundo: 1.200 soldados británicos, con artillería y fusiles, murieron a manos de 12.000 indígenas pertrechados con escudos y lanzas, a las órdenes del rey Cetshwayo.
Rattray fue uno de los escasos conferenciantes en poner a la audiencia en pie en la Real Sociedad Geográfica del Reino Unido, del que era miembro. Su último libro, Un soldado-artista en Zululandia, que había estado preparando en los últimos seis años (basado en dibujos de uno de los pocos supervivientes de la batalla), iba a salir a la luz esta semana.
"Decenas de miles de personas, desde el Príncipe Carlos hasta escolares de KwaZulu, han escuchado su mensaje de reconstrucción nacional y reconciliación" dijo la mujer de Rattray en una declaración escrita a los medios de comunicación nacionales, "y ahora este hijo de Suráfrica se suma a la inaceptable lista de ciudadanos que han perdido sus vidas por la criminalidad sin sentido que está tragándose a este país". En Suráfrica se registran alrededor de 20.000 homicidios al año.
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