Droga, abulia y maternidad desde el femenino 'indie' de Vera Fogwill

De una joven madre adicta y embarazada de nuevo, de una generación rebelde que se acabó aburguesando y de otra que padece de abulia crónica, de una niña que ejerce de madre, de una vecina que se da por muerta, de todo esto habla Vera Fogwill (Buenos Aires, 1972) en Las mantenidas sin sueños, su debú cinematográfico como guionista y codirectora junto a Martín de Salvo. Una película que nació con premio, cuando todavía era un guión, y que ya lleva más de 20 galardones en su palmarés. Pero la joven y activa Vera, hija del escritor argentino Fogwill, está curtida en el universo de los premios. A los 17 recibió el primero. "Más bien curtida en el mundo de la autogestión y del trabajo", bromea en conversación telefónica desde Buenos Aires.

La película ha estado retenida durante dos años en Francia por malversación

Dice que el sacrificio y el amor al trabajo se lo inculcaron desde pequeña, cuando era una devota seguidora de Bette Davies y soñaba con ser actriz como su madre. "Cuando uno quiere hacer las cosas, no hay que esperar a que se abran las puertas, sino derribarlas", asegura. Y mucho de derribo y de salto de obstáculos ha tenido la rocambolesca historia del secuestro de su primera película, retenida durante dos años en Francia por los productores de ArtCam International. Fogwill trabajó con ellos tras obtener un premio de Fonds Sud que apoya el cine en países en vías de desarrollo.

"Hemos estado tres años intentando recuperar el material de la película. Ha sido una historia de malversación de fondos estatales. Algo que se da en todos los ámbitos, también en el cine, puesto que es una industria, un negocio en el que trabaja alguna gente sin escrúpulos". La película que hoy se estrena en las pantallas españolas llegará finalmente a las argentinas el 26 de abril.

Madre apática, desilusionada, cocainómana y embarazada, Florencia, el personaje que Fogwill interpreta en Las mantenidas sin sueño, le ha permitido hablar de la maternidad desde otro lugar, "sin juzgar". "La presión que reciben las mujeres en la maternidad y el embarazo es impresionante. De repente tienen nueve meses para replantearse su vida, encontrar un trabajo y asegurar su futuro. Yo he tratado de contar la maternidad desde la crisis, desde el no saber de muchas mujeres. Se trata de desmitificar y esto es un alivio".

Admiradora de Todd Solonz, Doris Dörrie y Almodóvar -"ha retratado a la mujer como nadie"-, Fogwill se abstiene de ofrecer respuestas en sus obras, sólo quiere plantear preguntas. Rechaza la etiqueta de feminista -"no lo soy porque tampoco soy machista"- y define su cinta como femenina: "Lo son su temática y su tiempo dramático".

Más allá de la crisis económica, Fogwill asegura haber centrado su mirada en la crisis moral. Esa que seca los deseos y aspiraciones. "Aceptar el fracaso también es una toma de decisión. Hay mucha gente que no tiene ningún interés en nada, que están cansados de luchar por algo que no van a conseguir en un mundo tan exigente con el éxito como el actual. Antes soñábamos cosas más grandes, hoy nos conformamos con unas vacaciones. ¿Qué pasó con la esperanza?".