A Coruña busca recuperar su ría
El Plan Busquets prevé nuevos barrios, centros comerciales y de recreo alrededor del puerto
A Coruña, con sus dos bahías, se prepara para la transformación que vivirá cuando, con el cambio de década, pasará a tener también dos puertos. Uno será nuevo y exterior, en la lengua de Punta Langosteira (Arteixo), a mar abierto como la ensenada que conforman las playas de Riazor y Orzán. El otro, ancestral, encajona uno de los dos senos marítimos de la ciudad, entorno al cual, al abrigo de la ría, ésta se desarrolló.
Cuando petroleros y barcos cargados de carbón, soja y otras mercancías molestas se trasladen a la nueva dársena anunciada para 2011, quedarán liberados al pie del mar 430.000 metros cuadrados del corazón de la ciudad, unos espacios ahora vetados a los ciudadanos por las actividades portuarias. La reordenación urbanística de parte del céntrico puerto de A Coruña, así como la de su brazo noroeste y la fachada marítima de la ría de O Burgo desde la playa de Oza hasta el límite con Culleredo, concitan ambiciosos proyectos. Y los responsables municipales apuran estas semanas negociaciones y presentaciones para asentar los cimientos de una transformación que, afirman, devolverá a los coruñeses el uso y disfrute de "una de sus dos caras al mar".
La apuesta ya tiene guión, un diseño que el arquitecto catalán Joan Busquets ideó por encargo del Ministerio de Fomento y del Ayuntamiento. Nuevos barrios de viviendas, comercios y despachos con vistas, zonas acuáticas de recreo, kilómetros de paseo para peatones y ciclistas, así como un tranvía que recorra la franja del litoral constituyen el núcleo de las directrices del urbanista para redefinir la bahía portuaria donde, una vez liberada de los tráficos pesados, seguirán atracando pesqueros, cruceros transatlánticos y embarcaciones deportivas.
El denominado Plan Busquets, que está expuesto desde anoche en la Casa de Galicia en Madrid, busca reconciliar a los coruñeses con su principal motor económico y crear una convivencia entre usos cívicos e industriales de su ría. El arquitecto, autor de la reforma marítima de la Barcelona olímpica, plantea emprender en cuatro fases la reurbanización en A Coruña de los cuatro muelles que se liberarán y sus alrededores.
Al margen queda el espacio más noble y céntrico, la dársena de la Marina, frente a los edificios de galerías que ilustran la postal típica de la ciudad. Cumple este año un siglo y seguirá acogiendo en el futuro pequeños barcos de pesca, yates de recreo y cruceros. El martes concluirá el plazo de presentación de propuestas al concurso convocado por el Ayuntamiento para reordenar esta avenida, donde conviven aceras sin pasos peatonales, tráfico rodado intenso, paradas de buses, taxis y aparcamientos, así como la boca del túnel que, con forma de montaña rusa, atraviesa los bajos de la plaza de María Pita.
Es en la continuación de la dársena de la Marina, en el frente de la bahía portuaria, donde comienza el plan Busquets. Los muelles Batería y Calvo Sotelo, en paralelo a los Jardines de Méndez Núñez y los Cantones, dejarán de ser, cuando haya puerto exterior, punto de descarga de mercancías para abrirse al mar con una combinación de sendas verdes que se unan al parque existente y media docena de edificios cúbicos de nueve plantas de altura destinados a albergar instituciones, comercios y oficinas. El proyecto plantea reservar este espacio para equipamiento y actividades empresariales relacionadas con el puerto. Busquets propone conservar, como elementos paisajísticos para la memoria de la ciudad, el Mareógrafo, los Silos del Cantábrico, además de las grúas portuarias con forma de jirafa. Siguiendo la curva de la bahía, continuará en el centro de la ciudad el muelle de Linares Rivas, sede de la lonja de pescado estrenada hace tres años. No hay fecha para un traslado al muelle de Oza, donde se habla de concentrar todas las actividades pesqueras.
Un lago entre los muelles
Pero es la uve que forman los muelles San Diego y Centenario, hoy eje de los tráficos marítimos pesados del puerto, la que representa el proyecto de reurbanización más ambicioso. Y es también el de mayor rentabilidad, al tratarse de un espacio candidato a acoger todo un nuevo barrio residencial con vistas al mar. Fomento, Xunta y Ayuntamiento calculan construir entre 3.000 y 5.000 viviendas. Una cuarta parte serán de protección oficial.
Busquets, en sus directrices, plantea tres alternativas, con plataformas entre los muelles, una isla o un lago que permita, a semejanza de Hamburgo o Estocolmo, dotar a la ciudad de una lámina de agua para actividades de recreo.
Toda esta reurbanización tiene precio: la Autoridad Portuaria debe obtener, por la desafección de los muelles, un mínimo de 150 millones de euros, destinados a financiar parte del futuro puerto exterior. Y en marzo, la comisión constituida por Estado, Xunta y Ayuntamiento decidirá cuándo comenzarán los trámites para la recuperación urbana del espacio portuario.
Sin consenso político
La recuperación del frente portuario es "un proyecto de futuro para todos los coruñeses", dice el alcalde, el socialista Javier Losada. Para todos, salvo la oposición. El gobierno local lleva adelante en solitario las negociaciones sobre el proyecto y el convenio urbanístico firmado con Fomento en 2004 nunca fue presentado al pleno municipal.
El plan director del arquitecto Joan Busquets, cuyas maquetas y planos fueron desvelados al público en una exposición en junio de 2006, tampoco dio lugar a ningún debate. BNG, PP y los independientes de Fernando Rodríguez Corcoba se quejan de no ser consultados en un proyecto que todos consideran "una oportunidad histórica". Y el consenso debería ser imprescindible para, según la oposición, eliminar sospechas de especulaciones urbanísticas.
El Plan Busquets es "un borrador", recuerda el portavoz del PP, Carlos Negreira, y "necesita muchas concreciones". El BNG pide aprovechar la ocasión única para reordenar las comunicaciones y transportes de una ciudad ya muy aquejada por la saturación del tráfico.
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