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Lazkano descubre en el Guggenheim el proceso de creación de una de sus pinturas

'La curva del destino' entró a formar parte de la colección del museo bilbaíno en 2004

El Museo Guggenheim Bilbao muestra por vez primera al público la obra de su colección La curva del destino (2004), de Jesús Mari Lazkano (Bergara, 1960), acompañada del material que permite conocer el proceso de creación de este pintura que refleja un paisaje urbano de Nueva York. Dos vídeos, fotografías, bocetos, mapas de la ciudad y las reflexiones del artista acompañan a este y otro lienzo del artista guipuzcoano que posee el Guggenheim. La de Lazkano es la primera presentación del programa Laboratorios. Miradas en torno a la colección permanente.

La curva del destino fue realizada por encargo del Guggenheim. Lazkano dedicó a la ejecución material de la pintura sólo cuatro meses, pero la gestación del proyecto fue muy larga. "Comencé a pensar en la obra en 1988, cuando me acerqué a la arquitectura de Nueva York", recordaba ayer. A partir de entonces los paisajes urbanos de rascacielos se convirtieron en uno de los temas cruciales de su pintura. Ahora Lazkano -con "un poco de pudor", reconoce- descubre el proceso de creación de la obra, un lienzo de tres metros de alto por cinco de largo

desde la idea hasta su conclusión. Es "la historia de una transformación" que comienza con lo que el artista llama "la primera campaña arqueológica de Nueva York".

El "primer nivel de acercamiento" que el artista propone a los visitantes son dos vídeos. Un documental de 20 minutos de duración sirve de presentación del artista y su trabajo, y un reportaje de unos seis minutos muestra distintos momentos de la elaboración de La curva del destino.

En las vitrinas que acompañan a la pintura se recogen los mapas de Nueva York, las fotografías de sus calles y las cámaras con las que se tomaron, "la forma de aprender a mirar la ciudad". El siguiente paso está compuesto por los cuadernos de bocetos, los dibujos, y el collage que fue marcando la composición. También se expone Bastante más que infinito (2001), otro paisaje urbano de Lazkano perteneciente a la colección del Guggenheim.

Las reflexiones del artista componen "el armazón conceptual" de su pintura. "Pensamos que los lugares nos transforman, pero es al revés", defiende Lazkano. "Somos nosotros mismos quienes damos sentido a esos lugares, quienes creamos nuestra propia ciudad, estemos o no en ella, vivamos o no en ella, sea cierta o imaginaria, construida o soñada, efímera o eterna".

Lazkano no teme que descubrir su proceso de trabajo reste interés por la obra final. Lleva 23 años impartiendo clases en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco (UPV) y ha llegado hace tiempo a una conclusión: "No se puede guardar para nosotros mismos lo poco que llegamos a saber". Cree que es "desvestirse" en público, siente un poco de pudor, pero está feliz de descubrir su forma de trabajar. "A mi me gustaría ver y sentir como trabajó Rubens o Kiefer", reconoce. "El artista escondido que recela de los demás es una visión antigua. Hay que dudar y mostrar nuestras indecisiones"

El Guggenheim ha puesto en marcha el programa Laboratorios. Miradas en torno a la colección permanente para celebrar su décimo aniversario con una acercamiento especial a las obras que posee. El propósito es didáctico y la exposición se completa con talleres, charlas y visitas guiadas por los propios artistas participantes. La exposición de Lazkano permanecerá abierta al público hasta abril. Del 24 de abril al 3 de junio el Guggenheim presentará la obra Asedio, del artista Koldobika Jauregi (Alkiza, 1959), que también entró en la colección en 2004 pero nunca ha sido exhibida.

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