Los baches del turismo
La falta de mano de obra cualificada, la escasa promoción pública y la subida de los tipos de interés amenazan el sector
En diversas ocasiones, durante los últimos veranos, la falta de camareros en Alicante ha obligado a los empresarios del sector a buscar fórmulas de emergencia. Un plan de choque que acabó llevando a la Universidad de Alicante cursos exprés entre los jóvenes. La anécdota, que esta semana recordaba en la Feria de Turismo de Madrid (Fitur) una empresaria alicantina, no lo es tanto si se tiene en cuenta que el sector turístico aporta el 14% de la riqueza autonómica. La carencia se torna aún más relevante al recordar que el turismo español ya no puede competir en precios, "sólo en calidad, servicio y productos nuevos", añade Vicente Blasco, presidente de la patronal valenciana de agencias de viajes. "Somos caros", asegura Blasco en referencia a los servicios complementarios y en comparación con otros destinos mediterráneos. En este contexto, la falta de mano de obra cualificada se presenta como una amenaza para la solvencia del sector a corto y medio plazo. No es la única nube en el horizonte turístico valenciano.
Algunos hoteleros piden un urbanismo sostenible que no mate la gallina de los huevos de oro
Uno de los aspectos más repetidos es la insuficiente inversión para la promoción turística. "Hay una relación directa entre el dinero que se invierte y el retorno que se recibe", asegura un responsable del sector. La afirmación no es baladí ya que el escaso presupuesto de la Consejería de Turismo es un aspecto que preocupa a los profesionales. El presupuesto de la consejería que dirige Milagrosa Martínez supone únicamente el 0,6% del dinero global de la Generalitat, lo que además lo convierte en el departamento con menor respaldo público en el reparto de fondos. "La Generalitat debería gastar mucho más dinero", asegura Francisco Sellés, vicepresidente de la patronal hotelera de Benidorm y la Costa Blanca (Hosbec), en referencia a las campañas televisivas en las que asiduamente se promocionan otras autonomías. En la misma línea, el director de Turismo del Ayuntamiento de Benidorm, Roc Gregori, reclama la aportación de recursos "importantes, espectaculares y decididos". "El turismo tiene que estar mimado", señala. Gregori considera que este esfuerzo no debe ir dirigido a los empresarios sino a la promoción del sector y a apoyar el esfuerzo que realizan los ayuntamientos que viven de esta actividad.
Algunas amenazas o retos del sector, por otra parte, son globales, según apunta Luis Martí, secretario de la Unión Hotelera de la Provincia de Valencia. "Cada vez hay más países con buena oferta y cada vez tenemos que competir con más países", contextualiza. Y con más autonomías. Otra amenaza global sería el terrorismo, añade Sellés. En clave más local, Sellés también menciona la falta de agua como un posible lastre para el sector.
El perjuicio que para las economías domésticas y sus decisiones de ocio puede tener la subida de los tipos de interés hipotecario es otro de los aspectos en los que hay una cierta coincidencia. "Viajar se ha convertido en el primer producto del segundo escalón de prioridades", asegura Vicente Blasco. Por ello, una menor disponibilidad de dinero puede repercutir directamente en esta actividad.
Por el contrario, y pese a la polémica que rodea al urbanismo, los profesionales del sector consultados no consideran este aspecto como una amenaza futura. Sin embargo, un hotelero que prefiere no desvelar su nombre recuerda, para explicar en parte esta percepción, "que la mayor parte del sector inmobiliario está dentro del hotelero". La misma fuente defiende que lo que ya está construido no puede deshacerse, subraya que "el modelo Benidorm funciona" y cree que en lo que debe buscarse en la actualidad es "un equilibrio", un "urbanismo sostenible" que evite matar "la gallina de los huevos de oro".
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