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"Pintaron todo el tren por fuera"

Álvaro Corcuera

Un grupo de grafiteros en busca de diversión en la línea 6 del metro (la circular) provocó ayer un nuevo dolor de cabeza a los responsables del suburbano de Madrid. Sobre las 6.30, entre 8 y 12 personas interrumpieron el servicio en la estación de Príncipe Pío. "Han tirado de freno de mano y han pintado todo el tren por fuera", se lamentó la consejera de Transportes, Elvira Rodríguez. "Hay que arrearles una buena multa", manifestó.

La policía ya investiga los hechos. Pero, en casos iguales al de ayer, los jueces han optado por distintas sentencias. Unos hablan de "creación artística" y otros optan por una falta de daños.

El método utilizado es el siguiente. Una persona viaja en el interior del tren y acciona la palanca de frenado. Fuera espera el resto de grafiteros, que se reparten a toda velocidad a lo largo de los 20 metros de convoy. En el momento de la frenada, el metro queda anclado a la vía, inmóvil a cualquier intento por reemprender la marcha. Se necesita una máquina especial para liberar el sistema de seguridad. Después el tren debe reiniciarse como si fuera un ordenador que ha quedado colgado. Además hay que esperar un rato más para reordenar el tráfico ferroviario. En total, se pierden unos 15 minutos, demasiados para los usuarios de la línea 6, hartos de las continuas incidencias. Pero los grafiteros, que manejan los aerosoles con pericia, apenas necesitan cinco minutos antes de escapar, tal y como lograron ayer.

Cuando se realizan pintadas en los vagones, Metro tiene establecido que ese convoy se dirija a cocheras para no motivar más ese tipo de comportamientos. Sin embargo, ayer el tren siguió funcionando, ya que era hora punta. Según la policía, los grafiteros suelen actuar a primera o a última hora del día. Saben que es cuando hay menos vigilancia y les gusta fotografiar y grabar lo que hacen. Internet se convierte en su sala de trofeos.

Normalmente, las pintadas se hacen aprovechando la parada de un convoy en una estación, pero a veces se han realizado en mitad de un túnel. Esto es mucho más peligroso, puesto que los grafiteros tienen que tirarse a la vía y otros trenes pueden venir en sentido contrario.

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Sobre la firma

Álvaro Corcuera
En EL PAÍS desde 2004. Hoy, jefe de sección de Deportes. Anteriormente en Última Hora, El País Semanal, Madrid y Cataluña. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull y Máster de Periodismo de la Escuela UAM / EL PAÍS, donde es profesor desde 2020. Dirigió 'The Resurrection Club', corto nominado al Premio Goya en 2017.

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