Imágenes sonoras de Hector Zazou

El imprevisible e innovador compositor y productor francés ha contado en sus discos con artistas como Björk, John Cale, Ryuichi Sakamoto, Bill Laswell, David Sylvian, Khaled o Brian Eno. Ahora estrena en España dos proyectos con imágenes en movimiento y música electroacústica: Quadri + Chromies y Jeanne D'Arc.

Es un creador inclasificable. Que avanza a tientas en la oscuridad. Inesperado y discreto: rara vez sale en las fotos. "Soy un eterno estudiante. Cuando voy a Uzbekistán a producir el disco de la cantante Sevara Nazarkhan, aprendo con ella las reglas de su música que son diferentes. Y eso me enriquece. Es como si me dieran nuevos colores que voy a poder usar en nuevos lienzos".

"Me conmueven los pintores abstractos. Los cuadros de Pollock o Rothko me provocan una relación sensorial e intelectual", afirma. Para Quadri + Chromies colaboró con el fallecido Bernard Caillaud, "un pintor que trabajaba con formas geométricas sencillas como rectángulos, triángulos o círculos. El ordenador le permitía producir sobre una pantalla el mismo tipo de cuadros que él hacía. Las ecuaciones matemáticas deciden el orden de las mutaciones. Hay un equilibrio sutil entre las instrucciones que da el artista y una parte de azar que se deja al ordenador". Quadri + Chromies le plantea a Zazou problemas filosóficos: "En las imágenes en perpetuo movimiento de Caillaud no hay un cuadro más importante que otro. La sucesión de cuadros te obliga a menudo a pensar en lo que está al margen. Un filósofo que me ha permitido solucionar este tipo de cuestiones es Derrida con su principio de situar en el centro aquello que está en el margen, de explorar lo que se esconde bajo las palabras o entre ellas. No se trataba de coger los sonidos como elemento principal sino de usar mucho las resonancias de esos sonidos".

Jeanne D'Arc es la banda sonora de Zazou para la película del cine mudo La pasión de Juana de Arco, de Dreyer. Utiliza básicamente el canto de los pájaros transformado por la electrónica. "Cuando la ves hoy te das cuenta de su modernidad. El primer montaje se perdió en un incendio. Las bobinas se quemaron y Dreyer se tuvo que contentar con los descartes y los primeros planos que se habían salvado. El resultado es extraordinario. Los actores tienen rostros muy expresivos y uno entra en el interior de las cabezas de los personajes. Con la música he intentado que se escuchara lo que había en la cabeza de Juana".

Admira al viejo Captain Beefheart, al que define como un genio: un hombre que vive en su mundo y crea sin seguir nada. "De repente escuchaba a alguien que estaba reinventando el lenguaje del rock. Con guitarra eléctrica, bajo y batería hace una música poética. Se puede analizar una canción de los Beatles y ver cómo se pasa de un acorde a otro. Está muy bien hecha, como una mesa preciosa. Con Beefheart no sabes dónde están las patas de la mesa, si la miras al derecho o al revés".

Hector Zazou hizo rock radical después de Mayo del 68 -con el grupo Barricades-, música experimental -en ZNR junto a Joseph Racaille- y fusión de electrónica con música tradicional africana -con Bikaye-. Y un trabajo de explorador -"a la vez descubrimiento del mundo y de mí mismo"- en discos conceptuales como Les Nouvelles Polyphonies Corses (1991), que reunía a Ryuichi Sakamoto, Manu Dibango y Jon Hassell; Sahara Blue (1992), tributo a Rimbaud en el que colaboraron Gérard Depardieu, John Cale, David Sylvian o Dead Can Dance; Chansons des mers froides (1994), inspirado por paisajes polares, y para el que recurrió a Björk y Suzanne Vega. Lights in the dark (1998) evocaba el mundo de los monjes que se refugiaron en la Irlanda del siglo XII y Strong Currents (2003) recogía canciones acústicas con Jane Birkin, Laurie Anderson o Lisa Germano.

"En Luces en la oscuridad quería hacer escuchar lo que podía ser música en un momento de oscurantismo. Cuando el imperio romano se hunde y parece que los bárbaros van a borrar Europa del mapa, una pequeña luz se enciende en Irlanda y algo vuelve a nacer. Hay analogías con nuestra época. Para mí, en la difusión imperialista de cierta cultura de las basuras. Lo dramático es esa nivelación por abajo. Parece que todo es desechable. Están borrando todo tipo de valores éticos, estéticos y culturales. Ahí radica el peligro. No en el mestizaje ni en la supuesta guerra ideológica entre el mundo occidental y el árabe".

"Para esta especie de capi

talismo monstruoso toda cultura es un obstáculo. Algo de lo que no se venden millones de ejemplares es un obstáculo. Y el sistema hace todo lo posible por eliminarlo", asegura. "Pero hay una resistencia inconsciente. Gente obstinándose en hacer cosas que no entran en el molde, intentando expresar algo que ni corresponde a lo políticamente correcto ni a un provecho inmediato. Cuando yo era adolescente, igual que mis amigos, estaba en ruptura total con el universo cultural de mis padres. Era impensable que nos gustaran las películas o músicas que les gustaban a ellos. Ahora los chicos de 15 a 20 años redescubren los discos de sus padres y les gustan. Me intriga. ¿Hay algo tan fuerte, tan auténtico, en la música de los sesenta para que se pueda aún recibir hoy?".

Hector Zazou estrena Quadri + Chromies el día 13 en Granada (Teatro José Tamayo) y el 14 en Sevilla (Teatro Central). Y Jeanne D'Arc, el día 16 en Parla (Teatro Jaime Salom).